Durante cinco años, Ana Leonor Acosta ha llevado los casos de más de 50 venezolanos y fue una de las defensoras de Leopoldo López. | Por: MAURO FLOREZ / SEMANA
Desde hace un año y medio, la Coalición por los Derechos Humanos y la Democracia asumió la defensa de centenares de presos políticos en Venezuela. La abogada Ana Leonor Acosta es la directora esta organización. Durante cinco años ha llevado los casos de más de 50 venezolanos y fue una de las defensoras de Leopoldo López. Proyecto Migración Venezuela habló con ella.
Ella dice que en lo que va de 2019 ya son 2.000 los detenidos por expresar su respaldo al presidente encargado Juan Guaidó y no duda en asegurar que a medida que aumente la represión, la crisis de los derechos humanos en Venezuela empeorará. Su testimonio permite dimensionar la tragedia que viven los presos políticos en el país vecino.
PMV: ¿Cuál es la situación de los presos políticos?
A.L.A.: La persecución en Venezuela se incrementó a partir de 2014. Nosotros hemos contabilizado más de 12.000 personas detenidas, con medidas y en régimen de presentación. Esta había sido una cifra bastante escandalosa de estos 5 años pero nosotros vemos cómo cada vez la represión crece en Venezuela. Por ejemplo, este año, por las protestas en apoyo al presidente encargado Juan Guaidó o por las protestas por servicios básicos, ha habido más de 2.000 detenciones. En Zulia, luego de 15 días sin electricidad, las manifestaciones fueron tan grandes y la represión oficial tan dura que las autoridades tenían que liberar a los detenidos porque no daban abasto. Las audiencias se tenían que hacer manualmente porque no había acceso a los sistemas ni se podía levantar actas. Vemos cómo el caos que existe en Venezuela ha incidido en la detención de personas inocentes por razones políticas. En Venezuela la represión puede terminar con muerte, con daños a la integridad física, con cárcel o a veces con exilio.
PMV: ¿Quiénes son los perseguidos políticos en Venezuela?
A.L.A.: Cuando nosotros hablamos de personas perseguidas, que hemos catalogado como presos políticos, no solo estamos hablando de los políticos. Tal vez si nosotros hablamos de presos políticos nos referimos a Leopoldo López o Juan Requesens, que son políticos que han sido detenidos por razones políticas. Uno pensaría que solo el político es víctima de la persecución, pero no. En las protestas masivas contra el régimen hay detenciones masivas, cientos son detenidos en días de protestas. El 23 de enero y el 23 de febrero han sido las movilizaciones más recientes y después los cortes eléctricos, a partir del 7 de marzo. En este caso no solo es preso político un político, sino toda aquella persona que ha sido sometida a un proceso penal, no necesariamente con unos delitos catalogados como delitos políticos. Si nos vamos a la doctrina internacional, presos políticos son aquellos que han cometido delitos políticos, pero aquí se han inventado otros tipos políticos para apresar a las personas. Lo que identifica al preso político en Venezuela es que el móvil de la detención es político. Por ejemplo, una ama de casa que suministra comida a unas personas que protestan es detenida por los cuerpos de seguridad y es considerada una presa política, así no sea política. Y así han ido también contra los periodistas, a detenerlos por opinar, por publicar artículos, por publicar tuits.
PMV: ¿Cuáles son los delitos que más les imputan a los presos políticos venezolanos para encausarlos?
A.L.A.: Los más comunes son instigación al odio, instigación a la rebelión. En el caso de los militares, rebelión militar y traición a la patria. Esos son los principales, pero hemos tenido detenidos a los que incluso les imputan tráfico de drogas, y resulta que al revisar la causa encontramos un móvil político. En Venezuela utilizamos un término que es la “siembra”: te siembran explosivos, te siembran armas para decir que perteneces a redes desestabilizadoras, con el fin de anularte políticamente, de anular tu activismo político o social.
Hemos visto cómo persiguen a gremios; a las enfermeras, a los médicos cuando empezaron a quejarse con respecto a la situación de los hospitales. Detuvieron a enfermeras y médicos por denunciar la falta de insumos, de medicamentos, de equipos.
PMV: ¿Cómo es la represión en Venezuela?
A.L.A.: Hay que estar atento a algunas características de cómo opera esta persecución y la represión. En Venezuela sabes que eres considerado enemigo del régimen porque voceros oficialistas, bien sea el ministro de defensa, de comunicaciones, jefes de organizaciones de inteligencia o el mismo presidente, te mencionan en los medios de comunicación públicos, te acusan de orquestar planes desestabilizadores contra el gobierno, te juzgan y te condenan. Si no estás identificado con nombre y apellido, el régimen generaliza y asegura que quienes participen en una movilización están en un acto desestabilizador. Es el desconocimiento total del derecho a la manifestación pacífica y a la libertad de expresión.
En la mayoría de los casos, las detenciones son realizadas por órganos de inteligencia, como el Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) y la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), pero ahora se han añadido una cantidad de cuerpos de inteligencia en la Policía. Hay algunos que actúan más que todo en sectores populares y que también persiguen a los líderes sociales y a las personas que se quejan por la prestación de los servicios. En Táchira y Zulia, por ejemplo, una protesta común es por la falta de suministro de gas, y esos organismos de seguridad están allá para perseguir y detener a los manifestantes. A menos que estemos en una protesta, donde va la Guardia Bolivariana y la Policía Nacional, por lo general, puedes identificar a un preso político porque es detenido por un órgano de inteligencia.
PMV: ¿Cómo son las detenciones?
A.L.A.: La mayoría de estas personas son desaparecidas, porque son llevadas por órganos de inteligencia, pero se supone que un detenido tiene derecho a comunicarse con un familiar y con su abogado de confianza. En estos casos pueden pasar 48 horas, una semana o más y nadie sabe dónde está la persona. Estos procedimientos son irregulares porque, por lo general, no tienes una orden de detención dictada por un tribunal competente, sino que eres aprehendido supuestamente en flagrancia. Lo que hemos visto en la mayoría de los casos políticos es que la investigación no la inicia el ministerio público, que es quien tiene la autoridad penal en Venezuela, sino que la investigación se inicia por un acta de inteligencia en la que señalan alguna amenaza de plan desestabilizador. Todo es completamente irregular.
PMV: ¿A qué se enfrentan los detenidos políticos en Venezuela?
A.L.A.: La persona es detenida, privada de sus derechos, desconoce por qué lo están deteniendo y no puede comunicarse ni con la familia ni con su abogado. Y ahí empieza lo que nosotros llamamos “el calvario”. Lo primero es saber dónde lo tienen detenido y lidiar con la preocupación de los familiares por saber si será torturado. En los organismos de inteligencia, por lo general, los hacen firmar confesiones y grabar videos acusando a otras personas, sean políticos o militares. Todo esto es con el fin de anularle al detenido sus derechos civiles y políticos y lo usan para continuar la escalada de persecución. Todo esto caracteriza a un preso político y si uno lo va revisando en cada caso se van completando todos.
PMV: ¿Cómo son las torturas, qué pasa con los detenidos cuando están incomunicados?
A.L.A.: Después de la captura torturan a la mayoría de los presos, física o psicológicamente. Les dicen que van a matar a su familia, que van a violar a su pareja o a sus hijos, en el caso psicológico. Cuando la tortura es física, va desde golpes que terminan en roturas de costillas, de piernas, les dislocan los hombros, hay marcas visibles en su cuerpo. Incluso, a veces hay desprendimientos de órganos.
PMV: ¿Hay patrones de violencia contra los presos políticos?
A.L.A.: Sí. Por los relatos de nuestros defendidos sabemos que muchos de ellos son guindados por un tiempo y ahí son golpeados; a algunos los envuelven en colchonetas, para que no queden las marcas, y los golpean con bates. A otros les ponen descargas eléctricas, los sumergen en pocetas y tratan de asfixiarlos, les ponen polvo de gas lacrimógeno en la cara, les ponen bolsas en la cabeza. Algunos han referido que les cortan las plantas de los pies con navajas, les inyectan sustancias desconocidas y a algunos los violan. Ese es el patrón de los que son torturados. No todos los presos son torturados. Eso depende del organismo de seguridad que te detenga.
Las manifestaciones de la oposición son uno de los escenarios donde se producen más capturas con móviles políticos.| © @JGUAIDO
PMV: ¿Qué sigue en el proceso penal de un preso político?
A.L.A.: Viene la presentación ante los tribunales. Cuando es un caso político se irrespeta lo que dice la ley; es decir, que en 48 horas se debe presentar ante un juez. Pueden pasar dos semanas o más antes de que lo presenten, y en ese momento alteran la fecha de la detención. Por eso se trata de desaparición forzosa: el familiar sabe que la persona no llegó, no apareció, y no se comunica, pero cuando la persona aparece en un tribunal dicen que lleva 48 horas detenida, cuando en realidad lleva mucho más tiempo. Las actas son forjadas, siempre.
PMV: ¿Qué pasa con los detenidos mientras avanzan sus procesos?
A.L.A.: Después de la audiencia de presentación viene el segundo calvario de la justicia para el preso político: primero, las condiciones de reclusión en el centro en donde esté, que por lo general son con aislamiento o hacinamiento, incomunicado y, segundo, la falta de traslado para las audiencias. Eso también es un calvario para el abogado porque todo se empieza a diferir; un acto que debía ser de un solo día puede tardar 7 meses. En los casos de presos políticos hay personas que fueron detenidas hace 5 años y todavía no empieza su proceso. La justicia se utiliza para detener y para encausar, pero después no se le da impulso procesal para que avance el caso, sino que se deja en una especie de limbo. Por supuesto, la persona no tiene acceso a la justicia.
Otra característica de los presos políticos es que muchas veces son liberados por órdenes ejecutivas y no de los tribunales. Las últimas tres liberaciones en Venezuela las ha ordenado la Asamblea Nacional Constituyente, el órgano que creó el gobierno, que tiene una comisión de la verdad que supuestamente decide los casos y dicta esas órdenes de libertad.
PMV: ¿Qué influye para que se produzcan las liberaciones?
A.L.A.: La presión, de todo tipo. Nosotros no solo defendemos presos políticos, sino que hacemos campañas de liberación y hacemos campañas nacionales e internacionales para presionar y mostrar la situación. Buscamos a las organizaciones internacionales de protección de derechos humanos. Todo eso hace que el preso político sea liberado. Luego de su liberación, la persona queda sometida a un régimen de presentación y debe esperar un juicio, que todo el tiempo es diferido también. Nosotros empezamos este año con 402 presos políticos. Al día de hoy tenemos 755. De ellos, 202 son militares. Es evidente cómo ha aumentado la represión.
PMV: ¿Cuál es la situación de los militares?
A.L.A.. En la Coalición por los Derechos Humanos y la Democracia tenemos un experto que se encarga de la defensa de los militares que son sometidos a juicio. Ellos, por lo general, son vinculados a un plan desestabilizador o golpista, como un intento de golpe o un atentado contra el presidente, por ejemplo. La situación en 2018 fue de persecución y tortura. Detuvieron a más de 500 militares. El quiebre que nosotros vemos en la institución militar viene de dos factores: primero, haber introducido la política a los cuarteles y, segundo, que el hambre ya llegó a los cuarteles. La situación social afectó a la familia militar, afectó a los cuarteles y ellos no pueden ser indiferentes ante la situación del país. Muchos se han catalogado como militares constitucionales; es decir, que siguen a la constitución y no al régimen, y esto ha causado una cacería de brujas dentro de las fuerzas armadas venezolanas y ha llevado a las detenciones.
PMV: Dentro de las fuerzas armadas, ¿quiénes son los más perseguidos?
A.L.A.: El patrón es que pertenezcan a la misma promoción o que hayan participado en grupos especiales o en fuerzas especiales. Lo que hace el gobierno es que si tiene a un sospechoso detiene a toda la promoción para acusar a los demás y llegar a su sospechoso para vincularlos a una causa. En cuanto a los grados militares, los más detenidos son los comandantes. Hay muchísima desconfianza del ejecutivo hacia las fuerzas armadas. Siempre hay el temor de un golpe o una conspiración de los militares que comandan batallones. Ellos son muy perseguidos. Ahora están detenidos 8 generales, 16 coroneles, 15 mayores, 12 capitanes, 65 tenientes y 64 sargentos. Eso va variando porque todos los días hay una nueva detención y una nueva liberación en Venezuela.
Lo que llama la atención es que ya no se están realizando detenciones prolongadas, excepto las de los militares. En los casos de civiles sí van liberando, pero eso quiere decir que es mucha más gente detenida. Eso es parte del miedo que quiere infundir el gobierno.
La desconfianza del ejecutivo hacia los militares es una de las causas del aumento de la represión oficial contra los miembros de las fuerzas armadas | © @PrensaFANB
PMV: ¿Cómo es el trabajo de un abogado que defiende a presos políticos en Venezuela?
A.L.A.: En nuestra organización tenemos una línea de denuncia, que se dispara en jornadas de protesta. En los momentos de marchas nosotros estamos en operativos en la calle, recogiendo denuncias y monitoreando lo que va pasando. Cuando la gente llega es para decirnos que los están persiguiendo o que un familiar ha desaparecido. Ahí iniciamos todo el proceso. Defender a un preso político es esperarlo dos días en un tribunal, sin saber cuándo será la audiencia, si lo van a llevar o a qué hora empezará la diligencia. Es no tener acceso al expediente, ver que en el acta no hay nada que lo vincule. Para nosotros como abogados, es el mayor reto cuando no hay justicia ni garantías.
PMV: ¿Qué dicen las autoridades venezolanas acerca de las detenciones políticas?
A.L.A.: En Venezuela nadie puede tener la cifra real de presos políticos, porque la mayoría son defendidos por defensa pública, porque al gobierno le conviene que estén a cargo de sus abogados. Para nosotros, la primera batalla es lograr que nos dejen entrar al palacio de justicia y que les permitan tener defensa privada, que además es un derecho. Luego, hay que estar pendiente todo el tiempo porque no hay citaciones ni horarios para las audiencias. Lo primero es ayudar al acusado a entender qué es lo que está pasando.
PMV: ¿Qué garantías tiene un preso político en Venezuela?
A.L.A.: Ninguna, ninguna. No tiene ninguna garantía.
PMV: ¿Cómo arman la defensa en casos más conocidos, como el de Leopoldo López?
A.L.A.: Es muy complicado. En ese caso, las presiones eran tales que uno se preguntaba cómo armar una estrategia de defensa cuando éramos grabados y perseguidos por la contrainteligencia militar. De hecho, el abogado Juan Carlos Gutiérrez y yo hicimos las denuncias de las obstrucciones para acceder al expediente y para ver a nuestro defendido ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Cuando íbamos a la cárcel, nuestros documentos eran revisados. Era muy difícil fijar una estrategia, pero nos las hemos tenido que arreglar, y con los años en esto ya somos expertos.
PMV: ¿Cuáles son las implicaciones para un abogado que defiende a presos políticos en Venezuela?
A.L.A.: Al defender presos políticos, perdimos la defensa privada. También perdimos el acceso a información en organismos públicos. Somos abogados marcados. Algunas veces somos perseguidos, amenazados. Yo he sufrido amenazas por teléfono, amenazas a mi familia y persecución.
PMV: ¿Cómo ve el panorama en materia de derechos humanos en el mediano y corto plazo en Venezuela?
A.L.A.: Muy grave. Le hicimos saber a la misión de Naciones Unidas que estuvo en Venezuela nuestra preocupación por el grave deterioro de la situación de derechos humanos en Venezuela. Cuando hablamos del deterioro, lo hacemos porque el gobierno ya no tiene ningún pudor para torturar, matar, perseguir, reprimir y no dar respuesta a los venezolanos.
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