La literatura es una forma de memoria. En Colombia, por ejemplo, la literatura ha servido para narrar la crueldad del conflicto armado y para dar voz a las víctimas. Pero también ha servido para unir a un país fragmentado y dar cuenta de la identidad colombiana, que a veces parece tan difusa. En Venezuela la literatura es memoria, es historia y hoy, cuando el país atraviesa una profunda crisis económica, social y política, también es resistencia, resiliencia y esperanza. Proyecto Migración Venezuela conversó con diez escritores venezolanos que compartieron sus opiniones sobre el fenómeno migratorio que actualmente vive su país.
“Todo exilio es herida, todo exilio es absolutamente un salto al vacío”: Leonardo Padrón
A este escritor, guionista y periodista, el exilio lo obligó a reinventarse. Desde hace dos años vive en Miami, luego de dejar la vida que tenía en Caracas. “Confieso que todavía, con estos dos años fuera de mi hábitat natural, fuera de mi estudio, fuera de mi propia computadora, me ha costado enunciar el exilio con mi propio yo”, dice.
Tras dejar su país, Leonardo entró en una suerte de mutismo que lo llevó a explorar formatos narrativos que antes no estaban en su radar. Reconoce que, aunque tiene que escribir porque ese es su oficio, ha sido difícil poner en palabras lo que significa ser un exiliado. “Aún no me he atrevido a codificar a través de algún texto lo que ha sido esta devastación. Todo exilio es herida, todo exilio es absolutamente un salto al vacío. Escribir desde esa caída implica un aprendizaje y estoy tratando de descubrir cuánto se ha afectado mi voz literaria”, cuenta.
En ese ejercicio de encontrar y recuperar la voz, Leonardo se ha refugiado en la crónica. Está convencido de que este es el género más pertinente para narrar el momento que vive Latinoamérica. “Yo mismo, que nunca había escrito crónica, crucé esa calle desde la poesía y algunos artículos de opinión que escribía para comenzar a hacer crónica, porque sentí que había que hacer inventario del horror. Me parece que la mejor manera de entendernos como país, como crisis, como diáspora, es a través de la crónica”.
“En este momento un escritor venezolano no puede escribir historias de amor”: Francisco Suniaga
Para este escritor, su oficio tiene un gran componente de responsabilidad con la sociedad y con los tiempos que le tocan, como emisario de lo que será la historia que otros lean para entender la situación actual de Venezuela. “Mi trabajo es escribir. Si no hago ese trabajo, no hay con qué crear un vínculo entre nuestros países. Yo creo que los escritores estamos llamados a hacer nuestro trabajo, a crear, a escribir”, asegura.
Francisco aboga por la pertinencia de la literatura: “En este momento un escritor venezolano no puede escribir historias de amor. Lo que tiene que escribir es el dolor que estamos viviendo, la tragedia que estamos viviendo, y hacerlo de la manera más ética y estética posible”. Después de 47 años en Caracas, Francisco regresó a su natal isla de Margarita. “Desde Margarita escribo la decadencia, la tragedia, el dolor. Esa es la literatura, eso es lo que tengo que registrar para que a lo mejor alguien en el futuro la lea y entienda algo de este proceso”.
“El exilio no está solo en la gente que se va”: Sonia Chocrón
Esta hispanovenezolana es una de las escritoras que sigue en Venezuela y no tiene planes de irse. Vive en Caracas donde consigna en sus escritos la situación que atraviesa su país. Desde su ciudad ha visto partir a los amigos, a los colegas y a varios de sus familiares. Por eso afirma que “el exilio no está solo en la gente que se va, sino en la gente que se queda. Yo también soy exiliada en mi país porque la gente que amo no está. Mi casa es un exilio”.
Sonia asegura que en la literatura los dramas de los grupos humanos terminan siendo temas universales. La migración, el exilio, la tragedia y las dificultades son temas comunes a todas las sociedades. “Todo lo que se produce en literatura y que de alguna u otra manera refleja lo que estamos viviendo es un tema común. La experiencia venezolana traducida en literatura es un tema común en todos los idiomas, no solo en el español”, explica.
“Sin duda, la literatura puede acercarnos”, dice. Para Sonia, además de una lengua en común y un origen compartido, “la historia fraternal entre Colombia y Venezuela, con las dificultades que tienen siempre los hermanos, y el intercambio a través de esa herida que se llama frontera no es nueva, solo que en este momento el sentido del tránsito cambió”.
“Quien sea escritor debe aprovechar este momento histórico”: Igor Barreto
A Igor Barreto lo inspira admirar la belleza que hay a su alrededor y sacar provecho de todo lo que pasa. A medida que fue cambiando el país, también cambió su tranquilo vecindario, ahora ocupado por militares que “custodian la ciudad”. También recuerda con nostalgia cuando era profesor universitario y poco a poco sus compañeros se quedaron sin empleo. En medio de dificultades en la Universidad Central, una de sus hijas está a punto de graduarse.
Acerca de su rol como escritor en medio de esta crisis, cree que no hay una mala oportunidad para los escritores: “quien sea escritor debe aprovechar este momento histórico, un escritor tiene el poder de transfigurar la realidad, de contarla y explotarla, sin importar si es verdad o no. Lo importante es llegar al lector. La tragedia del chavismo es una oportunidad de crecer con la crisis, es una gran ocasión para los escritores más atentos, quienes se den cuenta de que así conocerán mejor el país en donde vivimos y su gente”, afirma este amante de la poesía y de la historia.
Barreto resalta la relación entre la literatura colombiana y la venezolana, y recuerda que muchos escritores llegaban a su país con grandes obras. Su favorito sigue siendo Aurelio Arturo y recuerda con agrado que fue el primero que editó al escritor colombiano Raúl Gómez Jattin.
“La industria editorial se niega a morir”: Carsten Todtmann
“Un día le dije a mi esposa que si a principio de año hubiéramos comprado dólares, sin duda habría invertido mejor nuestro dinero que produciendo libros en Venezuela. Ella luego de meditar mis palabras, me respondió que probablemente tenía razón, pero que lo que sí era seguro era que no nos hubiéramos divertido tanto”, dice en medio de risas Carsten Todtmann fundador de la Editorial O.T Editores.
Carsten resiste la situación actual de Venezuela produciendo libros, así garantiza que el oficio y la literatura en su país no mueran. Además, explica lo difícil que es continuar con la producción cuando faltan los servicios más básicos. ¿Quién compra un libro cuando está pensando en sobrevivir?. Él asegura que la parte comercial en su editorial es cosa del pasado. “No se puede desviar la atención en un hecho más importante que un libro”.
Afirma que pasó de imprimir grandes números a venderlos por encargo en plataformas on-line o digitales: “yo suplía 120 librerías y de esas solo quedan 20”. Todtmann apoya a los escritores pese a la situación actual, buscando alternativas de comercialización y manteniendo abierta su editorial.
Este editor de grandes éxitos de la literatura venezolana afirma que gracias a sus libros destacados aún puede vivir y no depender de lo poco que produce ahora. Sus dos hijos viven en Europa y pese a que tiene la posibilidad de viajar y radicarse en otro lugar, quiere seguir con el legado de su padre y seguir produciendo libros como desde hace más de 46 años.
“Cuando migras descubres que hay muchos motivos para sentir que la vida que estás teniendo y que le estás dando a tu familia vale la pena”: Fedosy Santaella
Fedosy Santaella es un escritor venezolano que migró a México hace un año y medio por la actual crisis que vive Venezuela. Tomó la decisión de marcharse cuando la inseguridad, la escasez, tanto de alimentos como de medicinas, y la violencia aumentaron. “Esa constante tensión de infelicidad y esa sensación de que cada vez pierdes más tu libertad hizo que migráramos a México. Por fortuna nos ha ido bien, tengo una buena situación laboral y el país nos ha acogido muy bien”, asegura el escritor.
Santaella considera la literatura como un registro a largo plazo y que puede obtener alcances superiores en comparación con otros géneros. “Está, por supuesto, la crónica periodística que es muy importante y que también queda, pero la literatura creo que tiene un alcance mucho mayor porque además hace un registro espiritual y humano muy importante”, explica.
La literatura es su fórmula para adaptarse a los cambios y velar por el bienestar de su familia. Fedosy dedica parte de su tiempo para leer a autores mexicanos como Antonio Ortuño, Guadalupe Nettel y Juan Rulfo. “Me leí de nuevo todo Juan Rulfo para tratar de entender también el espíritu del alma mexicana”, dice.
“La literatura forma e ilustra experiencias sociales, individuales y políticas”: Eduardo Sánchez Rugeles
En 2007 este licenciado en letras se fue de Venezuela a España con su esposa y realizó una maestría en estudios latinoamericanos. Cuando la situación económica y política de su país mostraba que asomaba una crisis, este docente de bachillerato decidió radicarse en Madrid y no regresar a Venezuela.
Eduardo se ha adaptado con facilidad a su nuevo país y allí empezó su trabajo de escritura. En 2010 publicó su primer libro en Venezuela escrito desde España: ‘Etiqueta azul’, que relata la historia de una joven venezolana que tiene como objetivo salir de su país y todo lo que implica su decisión de emigrar. Su siguiente obra, ‘Transilvania, Unplugged’, también habla del tema migratorio. Por esas obras, en algún momento los críticos y los lectores lo llamaron “el narrador del exilio”.
Sobre el papel de la literatura, Eduardo asegura que “es necesaria porque forma e ilustra experiencias sociales, individuales y políticas”. Pero la labor del escritor no puede estar alejada del resto de la sociedad; por eso también señala la importancia de fomentar la lectura en las nuevas generaciones y despertar la curiosidad, “porque si no les gusta leer, nunca se van interesar ni por su historia ni por la de otro país”.
“En un libro queda represado lo esencial, lo más íntimo, lo que habla de un país”: Jacqueline Goldberg
Desde Caracas la escritora Jacqueline Goldberg considera que la literatura es la posibilidad que tienen los escritores para dar cuerpo a ansiedades, anhelos y a la mirada que tienen acerca de la realidad.
Jacqueline ha dedicado gran parte de su vida a ser una gran representante en su país de la literatura infantil, la poesía y el periodismo gastronómico. Hoy, al ver la situación de su país, asegura que es muy temprano para determinar grandes metamorfosis en el proceso discursivo de la literatura venezolana.
“En todo caso ya hay una producción que está dando cuenta de temas que nos preocupan, como el exilio. Tanto en la novela como en la poesía comienzan a aparecer la emigración, el miedo y la urgencia de irse, los apagones, las ciudades vaciadas por la violencia”, afirma la escritora.
Ella defiende el papel de la literatura en el proceso político que vive Venezuela, y cree que la literatura no tiene responsabilidad directa con la realidad. “Si llega a tener algún aporte, a la larga, es para reflejarla, trasvasarla, traducirla y traicionarla”, manifestó.
“Es el único acercamiento valedero, trascendente y perdurable. La política pasa con los políticos. Las relaciones humanas también son cambiantes. En un libro queda represado lo esencial, lo más íntimo, lo que habla de un país”, dice acerca de la literatura como lazo de unión entre Venezuela y Colombia.
Desde su perspectiva es increíble el escaso intercambio bibliográfico entre ambas naciones, teniendo en cuenta los encuentros entre escritores y cree que "entre colombianos y venezolanos la mejor manera de encontrarnos es leernos".
“Algo que los migrantes debemos hacer: ver y entender nuestro país desde otro sitio para entenderlo”: Boris Izaguirre
Boris Izaguirre es un escritor y presentador de televisión venezolano que migró a España hace 27 años. Lo más difícil de dejar su país fue desprenderse de sus raíces para poder adaptarse a las costumbres del país que lo acogió. “Lo que hay que hacer cada vez que te marchas es desprenderte porque, si no, no vas a avanzar, ni vas a integrarte”, asegura.
A pesar del tiempo, Boris todavía extraña las montañas de Caracas, su ciudad natal, pero reconoce que “también es cierto que llega el momento en el que hay que superar la montaña e ir más allá del mar. Y eso hice, así es la vida: ir más allá siempre”.
A través de la literatura pudo acercarse a otras formas de conocer su país. “Me hizo poder observar mejor mi país desde fuera, que es algo que los migrantes debemos hacer: ver y entender nuestro país desde otro sitio para entenderlo, incluso mejor que los que aún están allá”. Para Boris, la novela que realmente describa el vínculo literario entre Colombia y Venezuela está por escribirse y asegura que será un colombiano quien la escriba o un venezolano radicado en Colombia pues actualmente su país no cuenta con un contexto ameno, digno de escribir tranquilamente. “Es precisamente lo que estamos viviendo ahora ambos países: la extraordinaria acogida, la solidaridad que Colombia ha demostrado con los venezolanos. Es un fenómeno inaudito en un mundo tan sobrepoblado de egoísmo”, dijo.
“Hoy el papel de la literatura en Venezuela es mostrar una voz”: Carmen Verde Arocha
Para esta licenciada en letras, poeta, editora y profesora universitaria, la literatura es su herramienta para mostrar “el espíritu de un pueblo que ha visto grandes transformaciones en su realidad”. Vive en Caracas, donde dirige la editorial Eclipsidra, y asegura que a pesar del desmantelamiento de la cultura en su país, el proceso histórico que están viviendo es importante y, como protagonistas, considera que es vital vivirlo dentro de Venezuela.
Carmen asegura que “hoy el papel de la literatura en Venezuela es mostrar una voz”. Para ella, la importancia de los escritores no se limita a contar lo que están viendo o viviendo, pues cada uno se acerca a la realidad de manera distinta. Por ahora, esta escritora conserva la esperanza de ver un cambio en su país y siente el compromiso de apoyar a sus estudiantes que quieren quedarse en Venezuela. En ellos encuentra una fuente de inspiración y la motivación para seguir escribiendo desde Caracas.
LOS RECOMENDADOS DE LOS ESCRITORES
Les pedimos a estos escritores sus obras y autores recomendados para conocer la historia reciente de Venezuela.
Boris Izaguirre recomienda leer ‘Pájaro de mar por tierra’, de Isaac Chocrón; ‘Memorias de Altagracia’, de Salvador Garmendia y ‘País portátil’, de Adriano González León. Para Boris, esta último “es la historia de lo que somos: un país belicoso, violento, confundido, totalmente informal que es incapaz de generar ningún tipo de orden, y eso es lo fantástico de esa novela”.
Leonardo Padrón afirma que la literatura que se desarrolló en los 40 años de democracia ofrece un panorama de lo que fue Venezuela. Sus autores recomendados son ‘Los pequeños seres’, de Salvador Garmendia, “un libro extraordinario para explorar la historia mínima del venezolano de a pie, con la mirada de un maestro de la narrativa”. Su pasión por la poesía lo lleva a sugerir la obra de Vicente Gerbasi, poesía celebratoria, y la de Rafael Cadenas. La poesía “ha estado haciendo un inventario del proceso de migración espiritual que hemos vivido los venezolanos, desde el follaje caribeño hasta la depuración de su verbo, pasó de hablar siempre del yo a hablar del nosotros”.
Francisco Suniaga tiene en su lista los cuentos de Federico Vega y los textos y novelas de Alberto Barrera Tyszka.
Igor Barreto, como gran conocedor de las literaturas colombiana y venezolana, recomienda la obra de Rafael Cadenas. Para él, se trata de un modelo de escritura de conciencia, “poesía de conocimiento, reflexiva, cercana de la realidad”.
Periodistas: Angélica María Guzmán, Leonardo Numpaque, Estefanía Pardo, Sara Prada
Editora: Ruby Marcela Pérez
Fotografía: Karen Salamanca / SEMANA
El Panorama regional de la seguridad alimentaria y nutricional de América Latina 2022, elaborado por varias agencias de la Organización de las Naciones Unidas, destacó un escenario desalentador sobre la situación nutricional en Venezuela.