La migración aumentó en 2019 y aumentaron los retos del Gobierno para atender a esta población. | Por: GUILLERMO TORRES | SEMANA
Ningún año resultó tan movido en materia de migración como 2019. Las tensiones entre colombianos y venezolanos surgieron como nunca antes, y el Gobierno tuvo que afrontar un hecho innegable: la migración no es temporal y necesita atención inmediata e integral.
A lo largo del año, el equipo de Proyecto Migración Venezuela informó sobre los principales retos y aciertos en materia migratoria, pero sobre todo contó cientos de historias. Estos 7 relatos muestran lo queocurrió este año.
1. La ayuda humanitaria que nunca llegó
En febrero de este año, muchos creyeron que el fin del gobierno de Maduro estaba cerca. Incluso, el presidente Iván Duque dijo que le quedaban pocas horas. Mientras tanto, la figura del opositor Juan Guaidó, autoproclamado presidente interino de Venezuela, tomó fuerza, y en los primeros días de ese mes el líder prometió ingresar donaciones de otros países por la frontera colombiana.
Pero el 23 de febrero las donaciones ardieron en la frontera, rodeadas por enfrentamientos entre la fuerza pública y hombres encapuchados. Aunque el New York Times lo desmintió unas semanas después, muchos creyeron que los militares aliados a Maduro habían causado el incendio.
En ese momento, influenciados por esa imagen catastrófica que reflejó la peor cara de Maduro, la mayoría de los colombianos se declararon a favor de que Colombia acogiera a los migrantes, según la encuesta de Invamer. Aunque la perspectiva positiva sobre la acogida de ciudadanos extranjeros duró poco, el año inició con un guiño a la migración y un sentimiento de comprensión hacia quienes escapaban de Venezuela.
2. Derechos para los niños migrante
Este año también estuvo marcado por exigencias de la sociedad civil al Gobierno colombiano para que garantizara los derechos de la población migrante. En mayo, por ejemplo, la Corte Constitucional ordenó garantizar el derecho a la salud de los hijos de venezolanos nacidos en Colombia, sin importar el estatus migratorio de los padres.
Fue un primer paso para asegurar los derechos de los niños migrantes, cuya situación denunciaron varias organizaciones. Actores internacionales y organizaciones colombianas alertaron sobre el riesgo de apatridia de unos 24.000 menores que nacieron en Colombia pero tienen padres venezolanos, por lo que el país no les reconocía la nacionalidad.
Finalmente, entre agosto y septiembre el presidente Duque firmó una ley de nacionalidad para proteger los derechos de estos menores. Según esta disposición, el Gobierno consideró colombianos a todos los menores que hayan nacido en el país desde el primero de enero de 2015 hasta el 16 de septiembre de 2021 (dos años después de la sanción presidencial).
3. Latinoamérica: sin rumbo frente a la migración
La región América Latina y el Caribe es la que recibe más venezolanos. Este año, por ejemplo, un millón y medio de migrantes estaban en Colombia, 863.000 en Perú, 371.000 en Chile y 385.000 en Ecuador.
Sin embargo, cada país tomó decisiones distintas en materia de política migratoria: algunos exigieron visas, otros concedieron estatus de refugiado a miles de extranjeros, y algunos, como Colombia, mantuvieron una política de ‘puertas abiertas’.
En el país, varios sectores estuvieron en contra de acoger a todos los migrantes y apelaron al ‘efecto llamada’, según el cual las medidas que buscan regularizar a los migrantes generan una llegada masiva y desordenada. En pocas palabras, según este concepto, los Gobiernos no deben atenderlos porque, si lo hacen, llegarán más. Organizaciones desmintieron el efecto, pero el discurso caló en muchos colombianos.
Aunque los comentarios discriminatorios contra los venezolanos no son nuevos, en 2019 tomaron más fuerza. Las elecciones locales de octubre reflejaron esta realidad cuando candidatos, especialmente en ciudades fronterizas, mostraron su simpatía por medidas restrictivas para la migración, basadas en prejuicios como que los migrantes aumentan la inseguridad.
Pero nada demostró tanto los brotes de xenofobia en la sociedad colombiana como el paro nacional que inició el 21 de noviembre. Al día siguiente aparecieron cientos de comentarios en redes sociales que culparon a los venezolanos del vandalismo y los robos que ocurrieron en algunos sectores de Bogotá.
Los datos de la Policía refutan las acusaciones, pues en los primeros días de protestas la Policía capturó a 337 personas, de las cuales solo 29 son venezolanas. Sin embargo, la percepción negativa no deja de crecer, de acuerdo con la encuesta Invamer. Al final de este año quedó claro que la xenofobia será uno de los mayores retos para el Gobierno en 2020.
5. Expulsiones de venezolanos, ¿discriminación y falta de garantías judiciales?
En 2019 también fue evidente la transformación del discurso de Migración Colombia, la autoridad encargada de ejecutar la política migratoria del Gobierno. Pocas semanas antes del paro nacional, la autoridad dejó de explicar la razón de las expulsiones de extranjeros. Esta medida la puede tomar el Gobierno con cualquier persona de otro país que realice actividades que “atenten contra la seguridad nacional, el orden público, la salud pública, la tranquilidad social, la seguridad pública o cuando existan informaciones de inteligencia que indiquen que representa un riesgo para la seguridad nacional”.
Antes de noviembre, Migración daba detalles sobre las expulsiones y explicaba que algunos extranjeros portaban armas ilegalmente, hacían parte de bandas criminales o participaban en robos. Pero dos semanas antes del paro, cuando la autoridad informó sobre nuevas expulsiones, las explicó como una medida para “proteger el orden público y la seguridad nacional”.
Este nuevo discurso coincidió con las declaraciones de algunos políticos, como Álvaro Uribe Vélez, sobre un plan trasnacional del Foro de Sao Paulo que -según ellos- planeaba desestabilizar las democracias latinoamericanas. Algunos insinuaron que para esto utilizarían a ciudadanos extranjeros.
Nada de esto se pudo comprobar, pero las disposiciones de Migración Colombia influyeron en la percepción que tienen los colombianos sobre los extranjeros. Demostraron que la política de puertas abiertas tenía sus límites y causaron la indignación de organizaciones y líderes que velan por el respeto al debido proceso.
6. Maduro no cayó y la migración continuó
A pesar del anuncio de Duque, el Gobierno de Nicolás Maduro continuó en medio de la escasez, la inflación y las marchas de miles de venezolanos en su contra. Incluso, superó el aumento de sanciones por parte de Estados Unidos, que al final amplificaron la crisis y profundizaron la falta de bienes y servicios.
Ante la situación económica, social y política, más venezolanos y colombianos llegaron al país en situación de vulnerabilidad. Además, de acuerdo con proyecciones de las Naciones Unidas, la cifra aumentará, pues para diciembre de 2020 cerca de 2,4 millones de migrantes estarán en Colombia.
El Gobierno y algunas organizaciones estimaron el costo para atender a esta población y desarrollaron un plan de acción para garantizarles sus derechos fundamentales. Todas las cifras indican que la inmigración continuará.
La cifra de migrantes venezolanos en América Latina y el Caribe llegó a 4,8 millones. Colombia continúa siendo el país que más población migrante ha recibido, con 1,7 millones, según la Plataforma R4V de Acnur y la OIM.