Las autoridades colombianas reforzarán la presencia de la Fuerza Pública en la zona fronteriza para recuperar el control de la seguridad | Por: MILAGROS PALOMARES - SEMANA
La alegría por el regreso paulatino de la vida cotidiana a la frontera, implica una serie de oportunidades de mejora que las autoridades locales ya evaluaron y comienzan a gestionar.
Para quienes llevan cerca de mes y medio analizando cómo se producirá ese cambio progresivo es claro que una de las prioridades es el control de la frontera, que hoy está, según muchos expertos, a merced del crimen organizado y sus rentas criminales.
Por eso, las autoridades norte santandereanas consideran que la reapertura de la frontera significa un fortalecimiento de la presencia oficial para garantizar la seguridad de todos los habitantes de la zona
“Significa más control del Estado, más protección para los migrantes; recuerden que muchos migrantes estaban utilizando las trochas para ingresar al país, allí hay fenómenos de trata de personas, allí ha habido desapariciones, gente que falleció, hay reclutamiento, hay menores no controlados”, asegura Víctor Bautista, asesor de fronteras del departamento.
El funcionario recalca que volver a abrir las frontera significa un cambio maravilloso para miles de migrantes y refugiados venezolanos y retornados colombianos en términos de garantía de sus derechos.
“Esto lo que va ser es una frontera más sólida, más fuerte, y el tema migratorio es un tema de hechos de fondo; la movilidad humana es un derecho universal y eso quiere decir que los migrantes que vayan a pasar de un lugar a otro tienen unos derechos adquiridos, una mirada con derechos internacionales; y yo creo que aquí lo que está haciendo el Estado colombiano es fortalecer los elementos de protección”, acota Bautista.
Una de las preocupaciones más sentidas es meter en cintura la presencia de niños no acompañados en los pasos fronterizos, y por eso desde ya se trabaja articuladamente para proteger la integridad y los derechos de los pequeños migrantes.
“Hay unos protocolos del ICBF que tienen que tomar a cada menor no acompañado y aplicar un protocolo de protección, entonces eso es obligatorio, no es si queremos o no, debemos hacerlo; y pues la cifra nos da una alerta de que hay muchos niños en la frontera que requieren protección y por eso también hay que seguir trabajando”, confirma Bautista.
Durante los últimos 10 meses hay registro de hasta 1300 menores de edad cruzando en esas condiciones, lo que pone en peligro su vida, y el ejercicio de sus derechos, asociados a salud, alimentación, educación y entretenimiento, entre otros.
La Alcaldía de Bogotá, en articulación con USAID, ofrece una jornada de orientación y acceso a trámites en la localidad de Ciudad Bolívar, para la población migrante venezolana y retornados colombianos, este 18 de febrero.