Necoclí es la población de Antioquia donde lllegan los migrantes y refugiados para atravesar la peligrosa selva del Darién. | Por: CORTESÍA ASOVENCC
La plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes (R4V) publicó un reporte sobre los riesgos de seguridad en el Tapón del Darién y la asistencia necesitada por personas refugiadas y migrantes.
En un nuevo informe, el equipo en terreno de la plataforma R4V registró que el 15 por ciento de las mujeres entrevistadas declaró haber sufrido de violencia sexual en el Tapón del Darién. Aunque esta proporción es menor que en la última muestra encuestada en mayo/junio (25 por ciento), el número total de víctimas podría ser mayor en los últimos dos meses de recolección de datos (julio/agosto).
Esta organización concluye que está aumentando el número de personas, en especial las mujeres, niñas y adolescentes a sufrir violencia sexual durante este tránsito migratorio entre Colombia y Panamá.
Destaca el documento que el comienzo de la temporada de lluvias en agosto hizo que el viaje a través del Tapón del Darién fuera más largo y peligroso para los migrantes y refugiados. De 219 personas entrevistadas, 191 (97 por ciento) coincidieron en que la selva del Darién es el lugar más peligroso durante el trayecto migratorio.
Los principales riesgos reportados por los encuestados fueron los siguientes:
- Lesiones y enfermedades 91 por ciento
- Muerte 77 por ciento
- Robo 73 por ciento
- Violencia física 46 por ciento
- Violencia sexual 39 por ciento
- Soborno y extorsión 31 por ciento
- Violencia no física 28 por ciento
- Secuestro 26 por ciento
- Detención 20 por ciento
En el perfil de los encuestados indican que el 73 por ciento son de nacionalidad venezolana, el 13 por ciento colombianos, el 4 por ciento panameños, y el 7 por ciento de otras nacionalidades.
Los venezolanos encuestados detallaron que su viaje comenzó 70 por ciento en Venezuela, el 13 por ciento en Colombia, 7 por ciento en Perú, y el 3 por ciento en Chile; lo que indica que algunos migrantes del vecino país primero intentaron radicarse en algunos países de Suramérica pero decidieron probar suerte nuevamente emigrando a Estados Unidos.
Un grupo de mujeres migrantes, refugiadas y de comunidades de acogida pusieron manos a la obra para trabajar en llave por las personas más vulnerables, entre ellas madres y niños que vivían en extrema vulnerabilidad y hoy tienen pasaporte para soñar sin límites.