Tal como sucedió con los migrantes cubanos, miles de personas venezolanas están intentando entrar de manera irregular a Estados Unidos | Por: LEÓN DARÍO PELÁEZ | SEMANA
El anuncio del presidente Joe Biden de admitir a 24 mil personas venezolanas en Estados Unidos deja, según observadores y expertos, muchos interrogantes en torno a su aplicación.
Poco después de la tormenta política que se desató por cuenta del gobernador de Texas el enviar un grupo de migrantes directamente a la casa de la vicepresidenta Kamala Harris, el mandatario hizo una apuesta por contener la crisis migratoria en su país.
Sin embargo, para muchos, más allá del anuncio hay una serie de oportunidades de mejora para explicar más detalladamente los alcances de la decisión.
1. Criterios de escogencia
Más allá del requerimiento de que deben tener una persona en Estados Unidos que los financie, no se sabe a ciencia cierta cómo escogerán a los 24 mil beneficiarios. ¿Habrá paridad entre hombres y mujeres, habrá enfoque diferencial? ¿tendrán prioridad las personas de mayor vulnerabilidad como niños y ancianos? ¿habrá un rango de edades para seleccionarlos o será de forma aleatoria?
2. ¿Cómo los van a caraterizar y a notificar?
Aunque es claro que deberán aplicar por internet, no se sabe cómo los van a caracterizar en campo para identificarlos. Dado que la gran mayoría de ellos viaja sin documentos, y dado que Estados Unidos no tiene relaciones consulares con el gobierno de Nicolás Maduro, surge la duda de qué tipo de documentación será el soporte legal para aplicar la beneficio.
De hecho, tampoco hay claridad sobre la forma en que los van a notificar sobre el avance del proceso, ni se ha explicado si hay un número límite de personas por familia que puedan aspirar al total de los cupos.
3. ¿Qué sucederá con los grupos familiares?
Está claro que no todas las familias de venezolanos viajan juntas y que, de hecho, algunos se quedan en el camino o toman otras vías para entrar a Estados Unidos y llevan separados desde días hasta meses, o en muchos casos no han logrado reencontrarse.
Es posible que algunas de las personas venezolanas que sí cumplen con las condiciones impuestas por Estados Unidos, tengan familiares que no cumplen con esos requisitos, o que, incluso, estén en proceso de reunificación tras el viaje.
Por eso todavía no hay claridad sobre cómo se garantizará la menconada reunificación familiar, o si una persona que cumple con los requisitos exigidos puede pedirle al gobierno de Estados Unidos que acepte a sus familiares que no son elegibles.
4. ¿Qué estatus migratorio tendrán?
Por ahora, en torno a esos venezolanos en Estados Unidos escogidos para ser cobijados por la medida no existe la certeza de si, a la luz de la ley de ese país y de las convenciones internacionales, serán considerados como refugiados, si pueden solicitar asilo, o cuál es, técnicamente hablando, la figura migratoria que los amparará para efecto del ejercicio de sus derechos.
5. ¿Qué van a hacer y qué tipo de ayuda estatal recibirán para su integración?
Si bien quedó claro que uno de los requisitos para ser elegible es que alguien que resida en Estados Unidos los soporte financieramente, todavía no hay claridad en torno al alcance de ese respaldo en el mediano y largo plazos.
Es decir, no se sabe cuál es el periodo de tiempo mínimo durante el que se debe garantizar ese apoyo por parte de la persona que respalda al migrante, y qué va a pasar con ésas personas venezolanas en términos del ejercicio de derechos básicos como el trabajo, la educación y la salud cuando cese ese respaldo financiero.
Por ahora, tanto los migrantes venezolanos, como los defensores de derechos humanos y las organizaciones de la sociedad civil están a la espera de que el gobierno del presidente Joe Biden explique más detalladamente el alcance de su decisión sobre la suerte de las personas venezolanas en Estados Unidos.
La Universidad Johns Hopkins y la Corporación Red Somos, con el apoyo del Ministerio de Salud de Colombia y Onusida, abordó la situación de salud de la población venezolana migrante en el país.