Alba Pereira estuvo al frente de su negocio con las arepas durante cinco años. Ahora ayuda a sus paisanos desde la Fundación Entre Dos Tierras. | Por: CORTESÍA ALBA PEREIRA
Los gustosos rellenos de las arepas 'reinas pepiadas' y las de 'pabellón' seducieron los paladares de los santandereanos, asiduos visitantes del restaurante que durante cinco años tuvo la chef venezolana Alba Cecilia Pereira, en la ciudad de Bucaramanga.
Con la llegada de miles migrantes y colombianos retornados, muchos han encontrado dificultades para mantenerse económicamente en el país. Sin embargo, otros descubrieron en la venta de arepas venezolanas una forma de conseguir ingresos y de mantener su gastronomía.
Los migrantes aprovecharon que la arepa se sirve tanto en Colombia como en Venezuela, esta podía calar en las comunidades de acogida. Y así lo hizo la chef Pereira, quien se mantuvo activa en este negocio por un tiempo, pero luego se dedicó a ayudar a sus paisanos desde la Fundación Entre dos Tierras, que apoya con asesorías, alimentos, y en muchas ocasiones, con arepas rellenas a cientos de venezolanos en condición vulnerable.
"Esta es una cultura compartida, una riqueza que une a las dos naciones. Las arepas no solo son en un plato diario tradicional y un recuerdo de los venezolanos, también son una forma de vivir y subsistir para aquellos que se van a otros países", considera Pereira, una amante de la cocina y defensora de los derechos humanos.
Alba ha sido testigo de cómo las arepas son una salvación para muchas familias de migrantes que buscan establecerse. Ya sea vendiéndolas en la calle o en sus propios locales, en todos sus tipos y sabores venezolanos, han aliviado las dificultades de los migrantes más vulnerables con riesgo de quedar en la calle.
Para esta chef hay ciertas diferencias entre las arepas venezolanas y colombianas, principalmente en la forma de prepararlas y en los ingredientes de las recetas. Sin embargo, le alegra el hecho de ver a muchos colombianos probarlas por primera vez y quedar fascinados.
«A donde vaya un venezolano, en cualquier parte del mundo, siempre llevará la arepa como una parte de sí. Todos los venezolanos llevan la arepa venezolana en sus brazos».
Alba Cecilia Pereira, presidenta de la ONG Entre dos Tierras
La misma Pereira se enorgullece cuando cuenta que pudo vivir en Bucaramanga, pagar sus gastos de vivienda y servicios, gracias a su trabajo con las arepas. Cerca del 95 por ciento de su clientela eran colombianos que preferían “las reinas pepiadas”.
Si bien la llegada de la pandemia ha afectado los comercios y las ventas de comida rápida, no solo en Santander sino en todas las regiones del país, Alba está esperanzada en que la economía se reactive y pronto pueda ver de nuevo a sus connacionales ofreciendo las deliciosas arepas, un plato que une como hermanos a colombianos y venezolanos.
La Universidad Johns Hopkins y la Corporación Red Somos, con el apoyo del Ministerio de Salud de Colombia y Onusida, abordó la situación de salud de la población venezolana migrante en el país.