Por cada 100 pesos recibidos por los hombres venezolanos por concepto de ingresos laborales, las mujeres reciben 73,5 pesos | Por: USAID COLOMBIA
Acceder al mercado laboral en Colombia es una proeza si se es mujer y, una más grande, si además se es migrante, según lo acaba de evidenciar el informe del Observatorio del Proyecto Migración Venezuela titulado ¿Cuál era la brecha de género de migrantes en el mercado laboral antes de la pandemia?.
El documento demostró que antes de la emergencia sanitaria las mujeres venezolanas en Colombia tenían mayor desempleo, informalidad e inactividad, menores tasas de ocupación y participación, menores salarios y horas trabajadas a la semana que los hombres en general. Incluso, frente a las colombianas, las mujeres migrantes tienen los peores indicadores y resultados en el mercado laboral, al igual que una baja afiliación al sistema de salud, principalmente.
Así, mientras que la participación de hombres venezolanos en el mercado laboral era del 85,4 por ciento, la de las mujeres de esa nacionalidad era del 62,2 por ciento, lo que representa una brecha de 23,2 puntos porcentuales. Además, la tasa de desempleo de las venezolanas (22,2 por ciento) fue más del doble que la de los hombres de la misma nacionalidad (9,5 por ciento).
Es importante resaltar también que las mujeres de nacionalidad venezolana presentan una tasa de desempleo superior a la de las mujeres colombianas, con una diferencia de casi 9 puntos porcentuales. No obstante, para ambos grupos de mujeres las tasas de desempleo son superiores a las de los hombres.
El informe, realizado a partir de las cifras de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) con corte a diciembre de 2019, evidenció además que, pese a que las migrantes venezolanas en edad de trabajar cuentan con niveles de educación superior más altos que los hombres, presentaron los peores indicadores y resultados en el mercado laboral en comparación con sus connacionales hombres e incluso respecto a las colombianas.
Adicionalmente, la situación de desventaja en la que se encuentran las mujeres migrantes en términos de empleo, quedó evidenciada en la remuneración salarial. Pues, por cada 100 pesos recibidos por los hombres venezolanos por concepto de ingresos laborales al mes, las mujeres reciben 73,5 pesos. Además, mientras las mujeres colombianas perciben un ingreso laboral mensual promedio de 1,08 millones de pesos, las venezolanas reciben 656.000 pesos, lo que implica una brecha de 39,6 por ciento.
Según los datos obtenidos por el Observatorio, esa diferencia en los ingresos entre ambos sexos se debe en parte a que las mujeres invierten menos horas a la semana en el trabajo remunerado: el 62,3 por ciento de las migrantes trabajan menos de 48 horas a la semana frente al 49,7 por ciento de los migrantes hombres. Lo que en el caso de las mujeres tanto colombianas como migrantes, se explica por la sobrecarga en las labores de cuidado y las tareas del hogar.
Acceso limitado a serviciosde salud
Comparativamente, las diferencias en términos de afiliación a salud no son significativas entre mujeres y hombres, pero sí lo son por nacionalidad. Puesto que mientras el 94 por ciento de los colombianos en edad para trabajar están afiliados a algún régimen de seguridad social en salud, apenas el 22,2 por ciento de las personas venezolanas están afiliadas a salud.
Además, entre la población no afiliada venezolana es más alto el número de mujeres que no cuentan con afiliación a salud en comparación con los hombres, con una diferencia de 2,1 puntos porcentuales.
Considerando la carga reproductiva de las mujeres, la falta de acceso a servicios de salud sexual y reproductiva se suma a los factores de impacto sobre el acceso y permanencia en el mercado laboral, puesto que esta barrera en particular tiene implicaciones directas sobre embarazos no deseados, embarazos en adolescentes, muertes maternas y violencia de género.
Este panorama, que describe la gravedad en la situación de inequidad entre hombres y mujeres migrantes en el acceso al mercado, parece haber empeorado aún más tras la crisis económica producto de las medidas decretadas para contener la covid-19.
Por eso, en el marco de la reactivación económica y con la entrada en vigencia de medidas como el Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos (ETPV), para asegurar la participación e integración económica de las migrantes, resulta preciso emplear estos hallazgos, para identificar aquellas brechas exacerbadas por la pandemia y dar lugar a políticas para la atención e integración laboral y económica de la población migrante, sin distinción de sexo.
Es migrante, madre y una optimista empedernida. Desde que salió de su tierra siempre supo que, aunque le tocara sacrificarse, jamás dejaría de mirar el horizonte con amor.