Voluntarios de la Fundación Juntos Se Puede apoyan a venezolanos en condición de vulnerabilidad. Trabajan para garantizar el respeto a sus derechos e integración efectiva a la sociedad. | Por: CORTESÍA FUNDACIÓN JUNTOS SE PUEDE
La designación del geógrafo Lucas Gómez como nuevo Gerente de Fronteras, hecha por el presidente Duque hace unos días y tras casi mes y medio de la renuncia de Felipe Muñoz a ese cargo, generó grandes expectativas en cuanto a integración y atención de la crisis migratoria de venezolanos en el país.
El nuevo gerente no la tiene fácil. La regularización de la población migrante sigue siendo el principal obstáculo en los procesos de integración y acceso a derechos esenciales como la salud y la educación de la población migrante. En este punto, la Gerencia de Fronteras deberá concentrar grandes esfuerzos, generar espacios de discusión y articulación entre los actores sociales de migración.
Precisamente, esa sinergia con buenos resultados entre las entidades del Gobierno nacional, autoridades locales, la academia, organismos de cooperación internacional, asociaciones de migrantes y ONG es lo que espera Ana Karina García, presidenta de la Fundación Juntos Se Puede, quien considera que el Estado colombiano deber ver a los migrantes con capacidades para aportar y no desde la visión de minusvalía frente al sistema.
"El nuevo gerente de fronteras tiene que abocarse a que las políticas no solo queden en papel sino que se ejecuten en los colegios, centros de salud, en los territorios donde hay mayores brechas de integración de la población migrante", recomienda la abogada y migrante venezolana, radicada en Bogotá.
En relación con la regularización de los migrantes, García critica que el Permiso Especial de Permanencia (PEP) se ha emitido de forma itinerante, algunos bancos no lo reconocen, lo que dificulta la integración financiera de esta población. En este sentido, sugiere que se generen políticas para adoptar el PEP como un documento válido dentro del sistema colombiano, o que a los migrantes regulares se les otorgue una cédula que les permita acceder a todos sus derechos, como cualquier ciudadano colombiano.
Otro de los retos que tiene la Gerencia de Fronteras y al que hay que colocarle la lupa, según la activista de la Fundación Juntos Se Puede, es el tema del acceso a la educación de los niños migrantes. "En muchos colegios de Bogotá les dicen a los migrantes venezolanos que si no tienen estatus regular para afiliarse a una EPS sus niños no pueden estudiar. No es que el padre no quiera regularizarse sino que no tiene la vía formal para hacerlo", denunció García.
« El nuevo gerente de fronteras tiene que abocarse a que las políticas no solo queden en papel sino que se ejecuten en los colegios, centros de salud, en los territorios donde hay mayores brechas de integración de la población migrante».
Ana Karina García, presidenta de la Fundación Juntos Se Puede
Actualmente hay en el país 1,7 millones de migrantes venezolanos con vocación de permanencia, según cifras de Migración Colombia.
Gerardo Aponte, presidente de AsoVenezuela
Integración laboral
Gerardo Aponte, presidente de la Asociación Migrantes de Venezuela (Asovenezuela), considera que para hacer frente a la crisis migratoria que ya lleva cinco años en el país, desde la Gerencia de Fronteras se debe relanzar la estrategia de comunicación de la oferta institucional, para la atención e integración de la población migrante. Asimismo, facilitar y aumentar la afiliación al sistema de salud de los migrantes regulares y retornados, además del seguimiento de las atenciones a los migrantes irregulares.
Un punto álgido en la integración es la barrera de acceso al mercado laboral formal. Por esa razón Aponte propone simplificar y acelerar los procesos de convalidación de grados y títulos universitarios. "Los profesionales migrantes venezolanos no somos competidores, somos útiles para reforzar la profesionalidad en el país", asegura a la vez que pide promover la comprensión de estos profesionales migrantes en los colegios y gremios del país.
El presidente de Asovenezuela coincide con García al exponer que se debe fortalecer el Permiso Especial de Permanencia como documento de identidad para que sea generalmente aceptado en todas las instituciones colombianas. Por último recomienda favorecer el otorgamiento y renovación de visas con el fin de facilitar la integración.
Sobre el tema laboral, Yanira González, directiva de la Unión de Trabajadores Venezolanos y Colombo-Venezolanos, capítulo Colombia (Utraven.Co), opina que el nuevo gerente de fronteras debe consolidar ante los empresarios la figura del Permiso Especial de Permanencia para el Fomento de la Formalización (PEPFF), de manera que se promueva más la inclusión laboral con los migrantes.
"No hay manera de obligar a los empresarios a hacerlo y el desconocimiento sobre la implementación de este documento para la población migrante irregular es grande", redondea González.
En enero pasado, el Gobierno nacional anunció la entrada en vigencia del PEPFF para promover la regularidad migratoria de los venezolanos en Colombia con contratos laborales o de prestación de servicios. Pero hasta inicio del mes de septiembre solo se habían expedido en todo el país unos 4.000 PEPFF, según datos de Migración Colombia.
« No hay manera de obligar a los empresarios a hacerlo y el desconocimiento sobre la implementación de este documento para la población migrante irregular es grande».
Yanira González, directiva del sindicato Utraven.Co
Arles Pereda, presidente de la Colonia de Venezolanos en Colombia (Colvenz)
En las organizaciones de migrantes, esa cifra es considerada muy baja debido a la necesidad de integración laboral que tiene esta población con estatus irrgular, de acuerdo con la apreciación de Arles Pereda, presidente de la Colonia Venezolanos en Colombia (Colvenz), que pide hacer una jornada más intensa para informar sobre el PEPFF.
Otro de los temas más graves, donde deben apuntar las políticas de la Gerencia de Fronteras, tiene que ver con la atención del alto flujo de caminantes venezolanos que ingresan por los pasos ilegales a Norte de Santander, y que posteriormente se dirigen a otras ciudades de Colombia. En la ruta Cúcuta - Pamplona - Bucaramanga actualmente no hay albergues abiertos para que estas personas pernocten en los peligrosos tramos de los páramos de Berlín, El Picacho y El Presidente.
"Pareciera que este problema de los caminantes venezolanos está invisibilizado por el Gobierno. La ayuda de los organismos de cooperación internacional solo se ve en Cúcuta, cuando realmente hay necesidades muy dramáticas en toda la ruta de caminantes", denunció José Luis Muñoz, vocero de la Red Humanitaria, organización que brinda comida caliente a estos migrantes.
Sin duda, son innumerables los retos que demanda la migración desde Venezuela. Hay que dejar de ver este fenómeno como una emergencia, entender que los venezolanos llegaron para quedarse y que pueden aportar a la construcción del país.
La Universidad Johns Hopkins y la Corporación Red Somos, con el apoyo del Ministerio de Salud de Colombia y Onusida, abordó la situación de salud de la población venezolana migrante en el país.