En el Centro Intégrate de Medellín los usuarios disfrutan de un mural que se convierte en un homenaje a la integración | Por: DAVID HERNÁNDEZ - SEMANA
En el Centro Intégrate de Medellín hay una hermosa obra de arte que tiene detrás una historia que revela cómo y por qué la integración de las personas venezolanas es una apuesta ganadora. Quienes estuvieron detrás de su proceso de construcción aseguran que se trata de una obra maestra del amor.
K’bala es uno de los líderes más reconocidos de la Comuna 13 de Medellín. Recorre sin descanso calle arriba y calle abajo y conversar con él se convierte en todo un reto porque por donde pasa lo saluda todo el mundo: unos para abrazarlo, otros para pedirle ayuda, otros para proponerle ideas, pero todos para agradecerle porque, según dicen, su voluntad es tan dura como la subida de las calles más empinadas.
Pero a eso que todos llaman voluntad a toda prueba, él prefiere llamarlo amor, así, a secas, porque, según dice, “el amor es lo único que nos va a salvar, el amor es lo único por lo que darías hasta tu propia vida; por ende, ese es el mensaje que siempre hemos transmitido: la Comuna 13 es símbolo de amor, de tranquilidad, de trabajo en equipo, el lugar para construir desde la diferencia para transformar”.
Gracias a su trabajo en Somos de Calle, una organización que lidera y a Color Tour , que organiza recorridos turísticos para conocer las maravillas de este rincón de la ciudad, K’bala se convirtió en referente para las personas venezolanas que viven allí.
“Nosotros en Color Tour no tratamos a la gente como turistas; en el momento en que pisan las Comuna 13 se convierten en parte de la Comuna 13, entonces yo trato a la gente como uno a la par”, explica mientras sigue caminando y saludando.
El mural representa la integración y la lucha contra la xenofobia
Foto: David Hernández - Semana
Bajo su tutela y la de otros líderes, y la participación de un grupo de personas colombianas y venezolanas, fraguó la idea de exhibir en el Centro Intégrate de Medellín un mural que relatara la integración en su máximo esplendor.
Para ello, tuvieron en cuenta la opinión de quienes sienten ese proceso como una vivencia humana plasmable en lo que antes era una pared; en últimas debía ser un relato de lo vivido.
“Todos somos uno, todos somos amor, todos somos humanos; ese es en realidad el mensaje que quiere transmitir esa pieza, una pieza que donde quiera que la ubiques representa la gente. Represente el pueblo, la lucha la fortaleza, los momentos difíciles, pero también la unidad, el trabajo constante por cambiar la historia”, asegura orgulloso.
El mural ha trascendido no sólo por su estética y por el valor intrínseco que tiene como obra de arte sino, especialmente, porque, al lograr que muchas personas venezolanas y colombianas se pusieran de acuerdo para hacerlo, fue, en últimas, un fuerte mensaje contra la xenofobia.
“Hoy no hablamos de migrantes, hablamos de humanas y humanos que están acá, que conviven en este espacio, que viven de este lugar y que se preocupan todo el tiempo porque esto funcione de la mejor manera”, asegura K’bala.
La pasión y el compromiso d elíderes como K'bala han permitido la plena integración de las personas venezolanas
Foto: David Hernández - Semana
Y asegura que en la Comuna 13 donde vivieron procesos migratorios previos, especialmente de otros territorios de Antioquia y Chocó, aprendieron desde hace rato que las fronteras no existen cuando de por medio hay corazones vibrando al mismo compás.
“Entonces ya hay una conexión real con el ejercicio de la migración, cómo interactuar, cómo convivir con esas diferencias que trae la migración misma; y al sol de hoy ya no hablamos de venezolanos, no hablamos de chocoanos sino de antioqueños, entonces hablamos de la 13, de gente que habitan la 13, que conviven en la 13, y que incluso trabajan en pro de que continúe el desarrollo de la 13; entonces hoy se vive desde el ejercicio migrante el amor en la comuna”, dice con convicción total.
Peronas venezolanas contribuyen a diario con la construcción del mágico mundo de la Comuna 13
Foto: David Hernández - Semana
Cae la tarde y un aguacero bíblico en el comienzo de esa escalera al cielo que es la Comuna 13. K’bala se despide porque tiene que tomarse un café con varios muchachos venezolanos que desde hace algunos días hacen recorridos turísticos sobre las bondades de una ciudad que ya sienten como suya, gracias a quienes los acogieron como hermanos.
El protagonista de este milagro silencioso, se despide con una sonrisa que invita a parafrasear a la gran Chavela Vargas: “Los venezolanos nacen donde se les da la gana”. Como en la Comuna 13, en Medellín, por ejemplo.
La Universidad Johns Hopkins y la Corporación Red Somos, con el apoyo del Ministerio de Salud de Colombia y Onusida, abordó la situación de salud de la población venezolana migrante en el país.