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La joven barranquillera que cuenta historias de migración en Washington

La joven barranquillera que cuenta historias de migración en Washington

En julio de 2019, Marianna Bonilla visitó Villa Caracas y compartió con los migrantes y refugiados venezolanos. | Por: CORTESÍA MARIANA BONILLA




Por: Milagros Palomares @milapalomares

julio 28 de 2020

La única manera que encuentran las mariposas monarcas para sobrevivir al feroz invierno de Canadá es realizar un difícil y largo viaje hasta el centro de México. Con esta imagen, la colombiana Marianna Bonilla comprendió lo que significa migrar de un país a otro, muchas veces como un acto de supervivencia y no como algo que se pueda elegir.

Esta joven, de 16 años, salió de su natal Barranquilla y migró hasta la capital de los Estados Unidos en 2017. Emocionada emprendió una nueva vida junto a sus padres, y actualmente cursa el último año de bachillerato en el colegio Georgetown Visitation, de Washington.

Ser una migrante latina, palpar de cerca el fenómeno migratorio de venezolanos en Colombia y haber entrevistado al fotógrafo Reza Deghati, de National Geographic, inspiró a Marianna a conectar su pasión por la fotografía con la migración. Decidió crear, en plena pandemia por la covid-19, la página web Las Voces de Migrantes, una plataforma que pretende crear una comunidad para que las voces de los migrantes sean escuchadas en el mundo.

En esta inciativa la acompañan cinco compañeras de su colegio: Carolina Zubler, Rose Schoshinski, Annie Paxton, Carolina Permuy y la venezolana Sara Manzano. Algunas de ellas son voluntarias de organizaciones internacionales como Save the Children, Vital Voices y Girl Security.

Utilizando recursos propios y sus habilidades para el diseño de páginas web crearon este portal, en línea desde el pasado 26 de julio. Cuentan historias de migrantes en español e inglés a través de seminarios web educativos, entrevistas y una campaña global de escritura de cartas. Las fotografías usadas en el portal son una selección de las mejores fotografías que tomó Marianna cuando visitó en julio de 2019 el asentamiento Villa Caracas, un barrio informal del suroccidente de Barranquilla donde habitan miles de venezolanos.

 

Con el apoyo del sacerdote holandés Cyrillus Swinne, Marianna ha seguido en contacto con la comunidad de Villa Caracas y planea trabajar con la Fundación Ce Camilo en una campaña de escritura de cartas para niños venezolanos que viven en el asentamiento.

"La iniciativa de Marianna Bonilla me parece de suma importancia porque subraya que solamente podemos salir de esta crisis a través de una verdadera solidaridad, local e internacional", opina el padre "Cirilo", como le conocen en esta comunidad de la capital del Atlántico. 

Fotografiar y pasar tiempo con los refugiados venezolanos en ese asentamiento de Barranquilla motivó el trabajo de esta colombiana en Washington. De hecho continúa inspirándola todos los días. "Es por la fuerza y coraje de los migrantes que creo que necesitamos escuchar sus historias", sintetiza esta joven, quien ha pasado todos los sábados desde que llegó a Washington enseñando inglés a niños de familias inmigrantes en un programa de voluntariado. 

Está convencida de que muchas personas no reconocen la belleza, la fuerza y el coraje de los migrantes. Para ella, estas son razones suficientes que la impulsan a difundir sus relatos. "La mayoría de las veces los migrantes se sienten impotentes y no pueden ser escuchados. Es hora de escucharlos", completa orgullosa del camino que apenas inicia y que aspira a fortalecer aún más cuando obtenga el título universitario de politóloga. Su meta, dice, es poder trabajar en un organismo multilateral como lo hace su padre, Juan Pablo Bonilla, quien funge como gerente de cambio climático en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

 

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De izquierda a derecha: Annie Paxton (17), Marianna Bonilla (16), Carolina Zubler (17), Carolina Permuy (16), Sara Manzano (16) y Rose Schoshinski (17).

 

Los dibujos que acompañan el portal son de la venezolana Sara Manzano, quien salió de su país a los cinco años por cuestiones laborales de sus padres. Cuando Marianna le preguntó a Sara si podía ayudar con el proyecto, le pareció una idea con mucho potencial para "cambiar la perspectiva negativa que está dominando las noticias globales y americanas en relación con la migración"

A través de sus dibujos y su arte, Sara ha buscado comunicar la situación de los migrantes, particularmente la de los venezolanos. Por eso encontró en la página de Marianna un canal idóneo para seguir exprensándose y mostrándole al mundo lo que viven sus compatriotas.
 

Aunque las otras participantes de la página nacieron en Estados Unidos, sus vidas están atravesadas de una u otra manera por la migración, ya sea por sus historias familiares o porque en algún momento han vivido en el extranjero. "Al final, todos terminamos siendo migrantes, pues todos venimos de migrantes", dice Marianna a la espera de que pase pronto la pandemia para regresar a Colombia y compartir con sus panas venezolanos de Villa Caracas, que, sin querer, terminaron cambiando su vida.

 

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Dibujos como estos, relacionados con Venezuela, son creados para la página web por la venezolana Sara Manzano Dávila.

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En Las Voces de Migrantes promueven una campaña de escritura de cartas para los migrantes venezolanos. Además ofrecen seminarios virtuales y los invitan a ser parte de la comunidad donando recursos para programas que beneficien a los migrantes. 






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