Alejandra Barrios, directora de la MOE. | Por: DIANA REY MELO| SEMANA
Desde 2016 la Misión de Observación Electoral (MOE) le hace seguimiento a la intolerancia en redes sociales, especialmente en época electoral. Para estas elecciones locales, que tendrán lugar el domingo 27 de octubre, evaluaron los mensajes intolerantes con base en los temas que generan más controversia, como el desempleo, el transporte público y la inseguridad. Además, por primera vez, incluyeron el tema migratorio.
Proyecto Migración Venezuela habló con Alejandra Barrios, directora de la MOE, sobre la intolerancia de los ciudadanos alrededor del tema migratorio, los discursos xenófobos de algunos candidatos, los mitos que surgieron alrededor de la participación electoral de extranjeros y si efectivamente la migración puede afectar los resultados electorales.
Proyecto Migración Venezuela (P.M.V): ¿Qué ha sucedido con la xenofobia en esta campaña electoral?
Alejandra Barrios (A.B): Lo primero que tenemos que destacar es que la mayoría de los candidatos hablan de la migración venezolana como un tema de política pública al que hay que hacerle frente. Pocos han puesto el tema de manera xenofóbica. Pero hubo una reacción interesante de algunos ciudadanos y de los medios, que señalaron que esa no era la forma de afrontar el tema.
PMV: Los medios rechazaron los mensajes xenófobos, pero parece que no ocurrió lo mismo en redes sociales.
AB: En redes sociales se han asomado las orejas de la xenofobia. Las personas hablan negativamente sobre migración desde tres perspectivas: la ideología, el desempleo y la inseguridad. La ideología se trata de un discurso netamente electoral, según el cual los migrantes vienen con una ideología castrochavista que supuestamente permea la sociedad. Pero nos preocupa lo que ocurra el próximo año con los temas de desempleo e inseguridad. Cuando alcaldes, gobernadores, concejos y asambleas renovadas necesiten darles explicaciones a la ciudadanía sobre esto, lo más fácil será utilizar discursos que señalan a un enemigo interno y no afrontan las causas reales del problema.
P.M.V: ¿Ha aumentado la intolerancia con respecto al tema de Venezuela?
A.B.: Hasta ahora, de los 12 municipios y tres gobernaciones en los que estudiamos la intolerancia, el 0,3 por ciento de los trinos es sobre Venezuela. En estas elecciones la intolerancia en redes está más presente en Norte de Santander, le sigue Bogotá y luego Cali. En Bogotá el tema de Venezuela está en 3,1 por ciento de las menciones intolerantes. Creíamos que íbamos a tener millones de menciones pero en Cúcuta, por ejemplo, donde la intolerancia está activadísima, se comenta más sobre paramilitarismo que sobre migración. En ninguno de los lugares que estudiamos la intolerancia se enfoca principalmente en la migración.
P.M.V.: ¿Qué ocurre con los temores que tienen algunos colombianos frente a la “ideología” de los migrantes y su efecto en el sistema democrático?
A.B.: Si tiene que ver con el temor a que “se importen” posturas ideológicas, ya tenemos las suficientes posturas internas. Tenemos 17 organizaciones políticas, un arco iris que incluye todas las posturas ideológicas. No tiene sentido pensar que nos van a traer discursos que no estén aquí y que puedan “polarizar nuestro sistema”, como han dicho algunos. Para polarizar, nosotros como colombianos bastamos.
«Colombia ya tiene experiencia en encontrar un enemigo interno para evadir otros temas. Hace 10 años, las discusiones sobre corrupción eran débiles porque los ojos estaban puestos sobre la guerrilla, aunque manejaran mal los recursos públicos»
Alejandra Barrios
P.M.V.: ¿Para la MOE la respuesta del Gobierno a los brotes de xenofobia en estas elecciones ha sido suficiente?
A.B.: Creo que el Gobierno no logró informar a tiempo qué migrantes podían votar. En estas elecciones sí pueden votar extranjeros, pero tienen que tener la cédula de residencia, llevar cinco años en el país, etc. En cuanto a los candidatos que han utilizado discursos xenofóbicos, la Procuraduría ha actuado como debería, al establecer un comité que estudie los discursos de las candidatos y sancione a los que inciten al odio. Una de las cosas que nos preocupan a la Procuraduría y a nosotros es que en Colombia no estamos vacunados contra la xenofobia.
P.M.V: ¿La migración puede afectar de alguna manera las elecciones?
A.B.: En Colombia hay un fenómeno de fronteras que no es de hace dos, ni cinco, ni ocho años. Desde hace mucho tiempo, en elecciones venezolanas y colombianas cierran la frontera desde el sábado generalmente. Por otra parte, los migrantes que ahora votan en Colombia nacieron en el país pero migraron a Venezuela y ahora retornan, o nacieron en otro país pero tienen doble nacionalidad y cumplen unos requisitos específicos. Ellos tienen todo el derecho de votar. En total, el número de migrantes venezolanos que puede votar este 27 de octubre no pasa de 400. Esa cifra no va a modificar los resultados electorales de ninguno de los municipios que se encuentra en la frontera y mucho menos de ciudades como Bogotá, Cali, Medellín o Barranquilla.
P.M.V: ¿La migración y la situación de violencia en algunas fronteras pueden influir en que se cometan delitos electorales?
A.B: Los migrantes hacen parte de una población vulnerable y en ese sentido les pueden ofrecer bienes y servicios, así como a colombianos vulnerables, para que voten por determinado candidato. Mientras que a un colombiano le pagan 30 mil pesos el día por chapolear (entregar propaganda en la calle) probablemente a un ciudadano de otro país con necesidades insatisfechas le ofrecen 20 mil pesos. La práctica no cambia, lo que cambia es que existe un porcentaje mayor de población vulnerable a la que pueden utilizar para cometer estos delitos por un precio menor.
P.M.V: ¿Qué medidas debería tomar el Gobierno para evitar estos delitos y proteger a la población vulnerable?
A.B.: Una de las estrategias es la biometría, que funciona en lugares específicos donde existen riesgos. Además, en Arauca, por ejemplo, pidieron un cierre de frontera de cuatro días bajo el siguiente cálculo: los delincuentes que quieren “trastear votos” necesitan pagarles a colombianos del otro lado de la frontera la estadía y la alimentación mientras se quedan en Colombia, por lo que cerrar la frontera por más tiempo implica que los costos de la trashumancia se incrementen.
P.M.V: Entonces, ¿en zonas de frontera hay más riesgo de que se cometan delitos electorales?
A.B.: No vemos que los riesgos electorales en la frontera tengan un mayor peso debido a la migración venezolana. Por ejemplo, en Uribia existe un problema de trashumancia de votos con comunidades indígenas, que han tenido acompañamiento y vigilancia especial en otras elecciones. Exactamente lo mismo pasa en Norte de Santander. Pero el problema no es la migración. De hecho, no nos parece posible que por la migración venezolana se incurra en delitos electorales que puedan modificar resultados electorales. Nadie va a ganar la Alcaldía porque la migración venezolana llegó. Nosotros mismos nos hemos metido en procesos de desconfianza y de fragilidad de procesos electorales.
La Universidad Johns Hopkins y la Corporación Red Somos, con el apoyo del Ministerio de Salud de Colombia y Onusida, abordó la situación de salud de la población venezolana migrante en el país.