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La migración vista a través del lente de un videógrafo venezolano

La migración vista a través del lente de un videógrafo venezolano

Ernesto prefiere hacer reportería de calle, le motiva la adrenalina que se vive en medio de los disturbios. | Por: CORTESÍA: ERNESTO MERCADO|FOTO: DANIEL GARZÓN




Por: Debbie Gámez

octubre 13 de 2021

 

Un reportero de agencias internacionales relata su experiencia cubriendo el éxodo del vecino país. Vivió en Palestina cinco años y desde hace más de una década se radicó en Colombia.

 

Ernesto Mercado recuerda esos días duros cuando, desde del medio donde trabajaba, le daban la instrucción de no moverse con su cámara del puente internacional Simón Bolívar, así comenzaran a disparar o a tirar piedras. Así, tal cual lo hacía, se quedaba inamovible mientras la Guardia Bolivariana y la policía colombiana se enfrentaban en el puente que une a Norte de Santander con el estado Táchira, mientras cientos de venezolanos intentaban cruzar la frontera para obtener ayuda humanitaria.

 

Desde su trabajo ha estado presente en las épocas más difíciles de desplazamiento forzado en la frontera de Venezuela con Colombia, viendo a sus compatriotas caminar cientos de kilómetros en  busca de un futuro mejor. 

 

Mercado ha registrado con su cámara fotográfica y de video este drama humano, pero también es testigo de la empatía y la idiosincrasia de sus paisanos. "Ellos son como los costeños del Atlántico colombiano, así de rumberos y alegres", suelta Ernesto, quien afirma que a los venezolanos les gusta tener familias numerosas, y por eso muchas veces los juzgan.

 

Anhela que salga el régimen de Nicolás Maduro, que se quiten los bloqueos por parte de Estados Unidos y que no interfiera ningún país en Venezuela. Para Mercado, la situación económica de su tierra podría mejorar, sin embargo recuerda que, en su concepto los líderes opositores están “muy cómodos”, con todos los hechos de corrupción y pobreza de su país, y explica que esto se debe a que las ayudas internacionales llegan directamente a estos políticos.

 

Ernesto Che Mercado Jones es un videógrafo venezolano con 25 años de experiencia en el diarismo de calle. Aunque no se considera un periodista, ha cubierto desde el conflicto Palestino- Israelí en terreno, hasta la crisis migratoria de sus compatriotas en la frontera de Venezuela con Colombia. A pesar de esto, está convencido de que el trabajo más difícil es ser papá.

 

"Hay un grupo de gente que es gente rica, va entre los ricos que siempre han existido más los nuevos ricos, que son del gobierno y los que están en la rosca y en la corrupción, eso hace que existan dos países, uno que vive totalmente en la miseria y otro país que goza de gran riqueza..., reflexiona Mercado sobre la situación actual de Venezuela.

 

Sin embargo, cuando habla de su sentimiento personal recuerda a su familia. “Venezuela nunca había sido tan pobre como lo es en este momento… La situación es difícil, mi mamá está en Venezuela, tengo familia en Venezuela, pero pues… todos vamos saliendo adelante, es muy difícil enviar dinero porque lo que envías prácticamente no sirve de nada, todo es extremadamente caro”.

 

Ernesto llegó a Bogotá una mañana hace 11 años con una promesa de amor y con la intención de quedarse unos 15 días en Colombia. No fue así, encontró un hogar y mil historias nuevas que contar con su cámara. “Ustedes son tremendas, son cosa seria”, dice al referirse a las mujeres colombianas, ya que fue su esposa, una periodista caleña, la que lo llevó a emigrar. 

 

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En ocasiones su hijo lo acompaña a sus rodajes.

Cortesía: Ernesto Mercado

Foto:Andrés Monroy Gómez

 

En su país se desempeñaba como asignador de pautas a los corresponsales en el canal internacional Telesur, para Oriente Medio y América del Sur, esto luego de haber ido a grabar una entrevista al dictador Muamar Gadafi, quien en ese momento ejercía todo su poderío en Libia.  Ernesto se quedó a vivir cinco años en Palestina cubriendo el conflicto con Israel, donde presenció, entre otras cosas, como las bombas de fósforo blanco, una arma química y catalogada como crímen de guerra, caía sobre hospitales y escuelas causando graves quemaduras en aquellos que tocaba.

 

Al llegar a Colombia, Ernesto se encontró con una guerra totalmente diferente, ya que  aquí no se veían aviones bombardeando ni ciudades destruidas. Para él, el conflicto colombiano se libra en las montañas, en la selva, y afecta gravemente a la población rural. Fue entonces cuando comenzó a ampliar su red de contactos y a contar historias que pasaban en medio de los campamentos guerrilleros.

 

Luego, trabajó como jefe de prensa para la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) donde produjo Colombia Nativa, un espacio en el que contaban historias, noticias y hacían reportajes sobre los pueblos indígenas.  Tiempo después, mientras investigaba sobre minería ilegal en el Amazonas, juró haber visto un hombre no contactado, que infortunadamente no quedó en sus registros de video. 

 

En toda esta travesía, Ernesto dice que aunque llegó al país por su esposa, hoy realmente “ama a Colombia”, y es que para él los casos de xenofobia hacia los venezolanos son nuevos. Asegura que hace mucho tiempo esto no se veía, que a él los colombianos le han abierto los brazos, pero fue hasta hace poco tiempo que incluso, sus vecinos comenzaron a emitir juicios discriminatorios.

 

Me duele mucho, al igual que todos los venezolanos que estamos fuera del país y los que siguen intentando salir, además que en muchos países ya se está creando el estigma de que nosotros somos peligrosos y todo lo demás, lo que genera xenofobia y da resultados como lo que ocurrió en Chile", lamenta refiriéndose a las protestas que se vivieron en la ciudad de Iquique el 25 de septiembre, cuando un grupo de chilenos se manifestaron en contra de los migrantes venezolanos, y además, quemaron algunas de sus pertenencias.

 

La paradoja y lo que más le molesta a Mercado es que Venezuela le abrió las puertas históricamente a todos los países del mundo y no existió nunca xenofobia contra los extranjeros. 

 

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Ernesto ha cubierto la crisis migratoria en primera línea.

Cortesía: Ernesto Mercado

 

Su única regla en la vida para las demás personas es: “no toques mi cámara”. De resto se considera una persona abierta, practica el nudismo como tradición familiar, en la calle saluda al que pase y asegura que lo más importante para el éxito laboral es hablarse con todos, desde las fuentes oficiales hasta la gente de a pie, tomarse un tinto y fumarse un cigarrillo con los estudiantes, conocer a los líderes y a los que siguen su trabajo, de esa forma Mercado ha llegado a contar las historias más irónicas y las más impactantes.

 

Depende de los contactos que tengas… con poblaciones que te permitan ingresar y a las que muy pocos medios lo han logrado, eso es muy importante”, afirma.

 

A sus 50 años es un profesional freelance para la agencia Ruptly, de la cadena Russia Today (RT).  Anda con su cámara al hombro mostrando al mundo lo que pasa en todos los rincones de Colombia, en sus tiempos libres se dedica a su hijo de seis años y aprovecha para hornear pan de jamón que ofrece a sus conocidos. 

 

Ernesto ha comprobado que la migración tiene muchas caras: es buena, es mala, es consecuencia de aventuras, de hechos económicos, políticos, y de actos de desesperación de desplazamientos. En el caso de él fue un hecho de amor, en cambio, en el caso de muchos venezolanos, es un acto de huir de una realidad y tratar de buscar un mejor futuro. 

 

"Evidentemente, la cara más fea de la migración es la que da la noticia, pero no quiere decir que la migración este mal, está mal cuando la migración se da por la fuerza, que es el caso de los venezolanos, de muchísimos colombianos, y continuando en América de los haitianos y cubanos…”, concluye Mercado mientras prepara de nuevo el lente de su cámara para grabar otra nueva historia en Colombia.

 

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Ernesto encuentra su motivación trabajando con desde el lugar de la noticia y  con los grupos sociales   Cortesía: Ernesto Mercado | Foto derecha: Debbie Gámez






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