Mujeres de Nueva Luz trabaja sin descanso para que desde las madres cabeza de familia hasta las niñas tengan un mejor vivir como migrantes en Colombia | Por: GUILLERMO TORRES | SEMANA
Medírsele al reto de abrir camino en una metrópoli del tamaño de Bogotá sólo era posible si alguien tenía la confianza necesaria para fabricar sueños desde cero. Ellas no sólo lograron, sino que están creciendo sin parar.
Por allá por 2019, cuando todos juraban que nadie se le medía a viajar en medio de un camino de espinas, ellas lo hicieron sin miedo porque tenían la certeza de que al final del sendero estaban las rosas.
Y esas rosas florecieron de tal forma que se convirtieron en Mujeres de Nueva Luz, una organización que trabaja en pro de las migrantes y refugiadas venidas de Venezuela, de las retornadas colombianas y de aquellas que hacen parte de las comunidades de acogida.
Su trabajo se concentra en seis de las localidades más complejas y populosas de Bogotá, precisamente donde se asentó gran parte del medio millón de personas venezolanas que viajaron desde su país, y que encontraron en este grupo de mujeres un apoyo para mover su mundo.
Una de las más valiosas ayudas que han prestado a sus beneficiarios es el manejo del duelo migratorio, que se convirtió en un calvario para miles de ellos que han sufrido el desarraigo y la incertidumbre sobre su adaptación a una ciudad del tamaño de Bogotá.
Pero además han conseguido orientarlos en la visualización de sus proyectos de vida y en el diseño de una hoja de ruta que les permita no solo integrarse a su nueva realidad, sino sumar para que su comunidad crezca y progrese.
Ese apostolado, en el que invierten gustosamente gran parte de su tiempo, les generó el apoyo de los cooperantes que entendieron rápidamente que respaldar un proyecto de ese perfil significaba multiplicar el esfuerzo para ayudar a miles de personas en extrema vulnerabilidad.
Las mujeres que han recibido la ayuda en temas clave como el emprendimiento, aseguran que Dios les regaló en Bogotá una nueva familia, en la que encuentran no solo el refugio del calor del hogar, sino una serie de herramientas clave para pensar en que el futuro es prometedor.
Saber cómo aplicar al Ingreso Solidario, o cómo solicitar una cita médica en el régimen subsidiado, por ejemplo, son tareas en las que se empeñan con un cariño y compromiso admirables, al punto que muchas de esas beneficiarias se ofrecen para ayudar a las migrantes recién llegadas.
Debe ser por eso que cuando les preguntan qué se siente ayudar al prójimo, sencillamente encogen los hombros, sonríen y explican de manera sencilla que en Colombia entendieron por qué solidaridad rima con felicidad.
La Universidad Johns Hopkins y la Corporación Red Somos, con el apoyo del Ministerio de Salud de Colombia y Onusida, abordó la situación de salud de la población venezolana migrante en el país.