El 30% del total de los estudiantes de Norte de Santander son de nacionalidad venezolana y viven en este departamento. | Por: ESTEBAN VEGA | SEMANA
Ante el pronto inicio de actividades presenciales, y las medidas restrictivas por los pasos formales, padres temen que solo tengan la opción de pasar con los niños por trochas para ver clases en Colombia.
Un clamor colectivo expresaron organizaciones educativas y acudientes de los casi 5.000 alumnos que residen en territorio venezolano y que ven clases en colegios de Cúcuta y Villa del Rosario. Exigen que el Gobierno de Venezuela, en coordinación con el de Colombia, habilite un corredor humanitario por los puentes internacionales Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander — estructuras que unen el departamento Norte de Santander con el estado Táchira— .
El presidente de la organización Encuentro Ciudadano en el Táchira, Leonel Flores, declaró a medios venezolanos que el llamado es para que el Gobierno de su país no siga poniendo trabas y abra definitivamente la frontera, tal como lo hizo Colombia el pasado 4 de junio.
Asimismo, Flores expresó su preocupación por los estudiantes que van a movilizarse a clases presenciales a Norte de Santander y que inevitablemente tendrían que acudir a las trochas, cuando deberían pasar por el puente internacional Simón Bolívar sin problemas, como lo hacían antes del 14 de marzo de 2020 cuando se cerró la frontera para contener la pandemia por la covid-19.
El funcionario denunció que a estos estudiantes se le están violando el derecho al libre tránsito, el derecho a la educación y el de la integridad física, ya que al pasar por esos caminos ilegales están expuestos a diversos peligros como la inseguridad propiciada por grupos delictivos, y redes de trata de personas. Otros de los riesgos a los que se exponen padres y alumnos es a la repentina crecida del río Táchira, por donde se ubican la mayoría de las trochas.
El principal gremio de maestros de Colombia y el Gobierno nacional reconocieron que el retorno a las aulas de clase se continuará realizando bajo las condiciones de bioseguridad que ha definido el Ministerio de Salud y Protección Social para la comunidad educativa.
La petición de que abran completamente los pasos fronterizos no solo es de la comunidad educativa, sino de las autoridades regionales del estado Táchira, comerciantes y transportistas, quienes han venido exigiendo que se reconsidere la medida por parte del lado venezolano porque la restricción perjudica la actividad comercial binacional y la atención urgente de casos de salud en poblaciones colombo venezolanas radicadas en San Antonio del Táchira, Ureña y otros municipios.
En casos excepcionales, como la aplicación de la Prueba Saber 11, han habilitado corredor humanitario en el puente Simón Bolívar. Foto Secretaría de Educación Norte de Santander
Hace unos días, el secretario de Fronteras de Norte de Santander, Victor Bautista, también abogó por un canal humanitario para la población estudiantil transfronteriza, en una frontera que lleva más de año y medio con medidas restrictivas por la pandemia.
"Nos preocupa que 4.500 menores que estudian en Cúcuta, Villa del Rosario, Ragonvalia, Herrán y Puerto Santander se vean obligados a utilizar las trochas, los pasos irregulares que comunican a Colombia con Venezuela", dijo Bautista.
Agregó el funcionario que en 23 municipios de Norte de Santander regresaron a clases presenciales, en donde se ha detectado que un 30% del total de los estudiantes de la región son de nacionalidad venezolana y viven en Norte de Santander.
El secretario de fronteras sostuvo que se busca garantizar la seguridad a los niños en una zona en donde hay presencia de diversos grupos armados y en donde se corren riesgo de ser reclutados por bandas que buscan el dominio de rutas de contrabando y narcotráfico.
Antes del cierre de la frontera, el 14 de marzo de 2020, así era el flujo de personas y de estudiantes en el puente internacional Simón Bolívar, que une a Colombia con Venezuela. VIDEO: Milagros Palomares
La Universidad Johns Hopkins y la Corporación Red Somos, con el apoyo del Ministerio de Salud de Colombia y Onusida, abordó la situación de salud de la población venezolana migrante en el país.