Por cinco mil pesos y en menos de tres minutos, la población puede pasar de Colombia a Venezuela en canoas y lanchas ilegales. | Por: SERVICIO JESUITA A REFUGIADOS
Pese a que el cierre de fronteras decretado por el gobierno de Iván Duque fue extendido hasta el primero de marzo, de acuerdo con la Gobernación de Arauca, ello no ha frenado el ingreso de la población venezolana a territorio nacional. Ante el bloqueo del puente internacional José Antonio Páez, para moverse entre Colombia y Venezuela, los migrantes han optado por los pasos fluviales ilegales ubicados sobre los cerca de 300 kilómetros del río Arauca.
En declaraciones a medios locales, Luis Gerardo Tovar, quien se desempeñó como secretario de Gobierno de Arauca hasta el primero de febrero, informó que entre el 25 y el 29 de enero del 2021 el flujo migratorio se vio intensificado en la zona fronteriza debido a la flexibilización de la cuarentena en Venezuela, que permitió que durante esa semana al menos dos mil migrantes ingresaran a Colombia por el río Arauca en embarcaciones de redes ilegales de ‘coyotes’ para adquirir productos, medicinas y alimentos o para movilizarse hacia el centro del país es busca de mejores oportunidades.
Dado que en Venezuela se ha establecido una inusual cuarentena intermitente, conocida como el sistema 7-7, en la que se alternan las restricciones con la relajación de las medidas, se espera que la próxima semana con un nuevo periodo de flexibilización de la cuarentena en el vecino país, se presente un nuevo pico en el número de migrantes ingresando a Colombia por la frontera araucana.
Lo cierto es que ante la situación en Venezuela, cada vez son más los migrantes en esta zona fronteriza. Precisamente, la semana pasada, ante la llegada masiva de al menos 400 migrantes al terminal de pasajeros de la capital araucana, el pasado martes 26 de enero fue necesaria la intervención de la policía para cerrar las puertas del lugar por cerca de cuatro horas, debido a las aglomeraciones registradas, el incumplimiento de las normas de bioseguridad y la insuficiencia de buses para el traslado de estas personas hacia otra partes del país.
Tras el cierre del terminal, por horas cientos de migrantes acamparon fuera del lugar a la espera de una solución / Cajón Araucano
Asimismo, ante la migración masiva de personas provenientes de Venezuela, desde el 27 de enero la Armada Nacional, la Policía y el Ejército, endurecieron los controles de paso sobre el río Arauca para evitar que las embarcaciones cruzaran a los migrantes. Situación que desencadenó fuertes enfrentamientos y que acabó en el volcamiento de una de las lanchas cargadas con migrantes y en denuncias por parte de la comunidad por “uso excesivo de la fuerza” por parte de las autoridades colombianas.
Al respecto, Carlos Krisch, periodista venezolano y residente en Arauca desde hace tres años, contó al Proyecto Migración Venezuela que ese volcamiento no es el primero en el que se ve involucrada la Armada Nacional, pues este tipo de incidentes suelen ser el resultado de los operativos de control que se realizan esporádicamente sobre el río y que suelen caracterizarse por acciones intimidatorias: “Lo impresionante es que te dejan pasar, para luego asustarte y amedrantarte. Y no sólo te asustan, sino que causan daños como ocurrió con la lancha. El país está en todo el derecho de cerrar sus fronteras, pero entonces las autoridades deberían restringir el paso y ya, pero ¿por qué dejan pasar las lanchas para luego empezar a rodearlas y hacer tiros al aire? Eso es lo que yo creo que genera riesgos y vulnera derechos”, relató Krisch.
Frente a estas denuncias, el Servicio Jesuita a Refugiados emitió un comunicado en el que llamó al respeto de los derechos y la protección de los migrantes: “Instamos a las autoridades colombianas y de la región a implementar medidas integrales para la protección de la vida y de los derechos humanos de toda persona, indistintamente de su nacionalidad y condición migratoria, con especial atención en zonas de frontera y en relación con la garantía de acceso al territorio y al mecanismo para la determinación de la condición de refugiado”, señaló la organización internacional católica.
Por su parte, desde la Gobernación de Arauca se denunció que los viajes por el río hacen parte de ofertas hechas por mafias que, a través de redes sociales “ofrecen paquetes migratorios por elevadas sumas de dinero y llevan a los migrantes en buses desde El Amparo -estado de Apure- hasta el río Arauca. Allí, los pasajeros son esperados y trasbordados en lanchas para continuar el viaje hasta el Malecón y seguir por tierra hacia otras regiones del país”.
Igualmente, desde el gobierno departamental se hizo un llamado al gobierno nacional para trabajar de manera conjunta y evitar el tráfico ilegal de migrantes por el río Arauca mediante el incremento en el personal de Migración Colombia presente en esta zona de frontera: "La Armada no da a basto para cuidar los 190 kilómetros de frontera por río que tenemos y de Migración Colombia solo hay ocho funcionarios", puntualizó el saliente Secretario de Gobierno, Luis Gerardo Tovar.
Sin embargo, para Krisch, si bien es cierto que con la pandemia y debido a las restricciones fronterizas, se ha intensificado el paso por el río que separa al estado de Apure del territorio colombiano en Arauca, este paso ilegal no es nuevo. De acuerdo con este habitante de la región "aún cuando el puente internacional está abierto, la población pendular -migrantes, binacionales y colombianos que constantemente pasan de un país al otro- prefiere arriesgarse y atravesar el río, debido a que el trayecto es más corto. En cuestión de minutos y por máximo cinco mil pesos pueden moverse entre ambos territorios".
La Universidad Johns Hopkins y la Corporación Red Somos, con el apoyo del Ministerio de Salud de Colombia y Onusida, abordó la situación de salud de la población venezolana migrante en el país.
