Desde el año 2018, el Gobierno de Hugo Chávez y Nicolás Maduro le han quitado 14 ceros al bolívar entres reconversiones monetarias. | Por: MARIO FRANCO
Por tercera vez en 13 años, Venezuela hace una reconversión monetaria. En total, le ha quitado 14 ceros al bolívar. Hoy, los venezolanos necesitan más de 162 salarios mínimos para cubrir la canasta familiar.
Entender la moneda en Venezuela es casi tan complejo como vivir en ese país. Desde el 2008, le han borrado 14 ceros al bolívar en tres reconversiones del cono monetario. Esta vez, de un tajo, Nicolás Maduro ordenó quitar seis ceros. La medida entró en vigencia hoy 1 de octubre y busca disminuir los fajos de billetes que se necesitan para comprar, por ejemplo, un plátano en una plaza de mercado.
Muy al contrario de generar confianza —explican expertos — esta situación consolida el uso de las transacciones en línea, no con el ‘bolívar digital’, como propone el oficialismo, sino con el dólar americano mediante aplicaciones ya muy populares allá como Zelle o Paypal.
El Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), que mide mes a mes el Índice Nacional de Precios al Consumidor, registró en julio una inflación de 19 por ciento. En lo que va de año, el vecino país suma una inflación de 415,7 por ciento, muy por encima de cualquier nación del mundo. La hiperinflación azota el sistema económico de Venezuela desde el año 2017; a cierre de 2020 el vecino país alcanzó una inflación acumulada de 3.713 por ciento.
Esta plataforma de monitoreo calcula que los venezolanos necesitan más de 162 salarios para cubrir la canasta alimentaria para una familia de cinco personas, debido a que el sueldo mínimo se sitúa en siete millones de bolívares, es decir, 1,87 dólares aproximadamente, equivalente a 7.810 pesos colombianos. En Venezuela, los precios han aumentado dieciséis millardos por ciento (16.800.239.776%) desde noviembre de 2017, y treinta y siete millones por ciento (37.699.882%) desde la última reconversión monetaria en el año 2018, según cifras de la firma encuestadora Ecoanalítica.
La hiperinflación ha aumentado exponencialmente el costo de vida en Venezuela. Foto: Mario Franco
Esta última reconversión disminuirá el poder adquisitivo, según explica el economista y docente universitario Aarón Olmos, ya que el Banco Central de Venezuela no usa los céntimos, lo que obliga a redondear hacia arriba los precios de los productos.
Según el analista económico, ninguna reconversión o cambio de moneda está pensada a nivel de su aplicación en incrementar la inflación, más bien todo lo contrario. “Sin embargo, los agentes económicos en los mercados pudieran desconfiar por incertidumbre, y esto haría que tomen los bolívares que tienen en sus manos y los cambien a dólares”, tal y como viene sucediendo a raíz de la hiperinflación.
“Cuando no hay céntimos para los redondeos, generalmente los precios se llevan al número superior siguiente, es decir, si algo cuesta 8,45 lo llevan a nueve o quizás a diez”, afirma Olmos, a la vez que advierte que lo más probable es que se generen ajustes de precios. “No es el deber ser, pero pudiera ocurrir”, dice.
Si bien, los efectos económicos para el ciudadano común serán terribles, a decir del economista, cabe preguntarse si la medida monetaria incidirá en que los venezolanos decidan emigrar. Olmos insiste en que no, pues los procesos para obtener los pasaportes son engorrosos, y asegura que si los trámites funcionaran, mucha más gente tuviera sus papeles al día y estarían planificando ver qué hacer fuera del país.
“Antes de la declaratoria de la reconversión, la propia situación de Venezuela no mejoraba. Es cada vez peor. Y si el proceso de entrega de pasaportes estuviese dinamizado y abierto a cualquier persona, ya hubiese salido mucha gente por unos meses para trabajar, ayudar a sus familias y luego volver al país”, añade Olmos.
#INPC | Estos son los productos de la canasta básica alimentaria más accesibles y menos accesible en relación a su precio durante el mes de agosto 2021. pic.twitter.com/B957FNI0m9
— Observatorio Venezolano de Finanzas (@observafinanzas) September 24, 2021
Asimismo, Anitza Freitez, investigadora del Observatorio Venezolano de Migración, de la Universidad Católica Andrés Bello, en Caracas, considera que la reconversión monetaria de Venezuela con todas las implicaciones económicas que traerá, no tendrá un efecto directo en el fenómeno migratorio.
Por el contrario se atreve a pronosticar que en esta fase del éxodo migratorio venezolano se dará por la reunificación familiar. “Los nuevos flujos van a depender de las posibilidades que tengan los migrantes que ya se fueron y con ello las probabilidades de llevarse a los miembros de su grupo familiar que quedaron en Venezuela”, sostiene.
Freitez coincide con el economista Olmos en que la reconversión monetaria es una medida cosmética, que por sí sola no va a ayudar a recuperar la economía ni a solventar la crisis del vecino país. “En el segundo semestre del año, el panorama económico no pinta que vaya a recuperarse. Pero tampoco va a ocasionar flujos migratorios en masa como los que vimos entre los años de 2017 y 2019”.
Para la investigadora del Observatorio Venezolano de Migración, estos flujos de menor intensidad van a estar asociados con los procesos de regularización que han adoptado países receptores de migrantes y refugiados venezolanos como lo ha hecho Colombia.
Aunque el poder adquisitivo del venezolano sigue mermado para adquirir la canasta básica de alimentos, Freitez ve como un punto a favor el envío de remesas que hacen los migrantes a sus familiares en Venezuela, ingresos que han ayudado a paliar, incluso, el difícil contexto de la pandemia.
Tal como lo refiere la Encuesta calidad de vida e integración de los migrantes venezolanos en Colombia, realizada por el Observatorio del Proyecto Migración Venezuela, hay otros elementos desencadenantes de la migración, como la escasez de alimentos y falta de oportunidades laborales, que no han frenado ni detendrán el éxodo de refugiados venezolanos.
La Universidad Johns Hopkins y la Corporación Red Somos, con el apoyo del Ministerio de Salud de Colombia y Onusida, abordó la situación de salud de la población venezolana migrante en el país.