Ronald Brizuela es licenciado en Ciencias y Artes Militares y eso le dio la oportunidad de ingresar al Ejército Bolivariano de Venezuela. | Por: CORTESÍA RONALD BRIZUELA
En momentos en los que la serie Gambito de dama de Netflix, está en furor, el ajedrez ha vuelto a tomar su lugar en el mundo y, sin duda, este deporte tradicional, generalmente relacionado a intelectuales y bohemios, nunca pasará de moda.
Pero que la serie esté en las tendencias del streaming mundial poco le importa a Ronald Brizuela, un venezolano de 26 años que toda la vida ha jugado este deporte y al que dedica gran parte de su tiempo. Representará a su país en las próximas Olimpiadas de Ajedrez junto a cuatro compatriotas.
Ronald había llegado a comienzos de este año a Colombia para participar en algunos torneos y mientras llegaba agosto para viajar a Moscú (Rusia) y competir en las Olimpiadas de Ajedrez. Había arribado a Colombia porque inicialmente un amigo lo invitó a un torneo local.
Lo que no esperaba este joven venezolano era que le tocara quedarse más de lo esperado. “Vamos a aprovechar para tener entrenamientos”, pensó en ese momento. Pero la covid-19 le dañó los planes y lo obligó a quedarse durante estos meses en el país, a pesar de que el distanciamiento físico le impidió competir oficialmente.
“Yo venía a jugar una serie de torneos para prepararme para las olimpiadas, pero con la covid todo se canceló y tuve que quedarme en Bogotá paralizado sin hacer nada”, dice. Luego de estar unos días en la capital y ver que el encierro duraría más de lo esperado, decidió irse a vivir con su hermano menor, quien está radicado en Sesquilé, Cundinamarca, desde hace tres años.
No fue sino hasta esta semana que Brizuela pudo llegar a Medellín, luego de ocho meses, a una competencia oficial: el Torneo Internacional de Ajedrez Colombia Tierra de Atletas, organizado por la Federación Colombiana de Ajedrez con apoyo del Ministerio del Deporte. Allí están compitiendo otras figuras que también estarán hasta el 17 de diciembre participando por el reconocimiento de ser uno de los mejores de la región y un premio de 700 dólares. El segundo puesto ganará 500 dólares, el tercero 400, el cuarto 200 y el quinto 100. Además de tener la satisfacción de haber vencido a campeones mundiales que seguramente se encontrarán también en Rusia el próximo año.
«Realmente es un deporte para gente joven.Hay muchos talentos de 8, 9, 10 años que son grandes maestros. Aquí en Colombia hay dos niños: uno de apellido Cardozo y otro Ávila que son muy buenos. Creo que tienen 14 o 15 años»
Ronald Brizuela, ajedrecista venezolano
Ronald frente a una competidora llamada Valentina Argote, quien le ganó la partida.
Algunos de los competidores que se destacan en la competencia que se desarrolla en Medellín, además de Brizuela, son: Lelys Martínez (que obtuvo título de Gran Maestro en 2009) y Luis Quesada, ambos de Cuba. También está el colombiano Joshua Ruiz, quien en 2019 se convirtió en el Gran Maestro más joven de Colombia con 21 años.
En la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, por su acrónimo en francés) todos cuentan con buenos números. Lelys Martínez tiene un puntaje de 2.524 en la categoría estándar y se ubica en el puesto 499, Joshua Ruiz cuenta con 2.501 (puesto 788) y Ronald con 2.361, en el 3.136.
En Medellín, el ajedrecista venezolano ha ganado dos partidas y perdió una, comparte el segundo lugar con tres deportistas más. La partida que perdió fue contra Valentina Argote, una joven ajedrecista colombiana que también ha cosechado títulos en otras competiciones y países.
Estratega del Ejército
Ronald dice que antes de llegar a Colombia tenía una vida tranquila en Venezuela. “No es gran cosa, pero sí, vivía tranquilo”, comenta. Es licenciado en Ciencias y Artes Militares y eso le dio la oportunidad de ingresar al Ejército Bolivariano. Prefiere no opinar de política, lo suyo es el ajedrez.
Lo que realmente le apasiona es mover las fichas en el tablero, “matar” pero a las piezas de sus contrincantes y correr estratégicamente sus peones, torres y alfiles en cada jugada. Practica este deporte desde los 12 años. “Jugué mientras estuve en el liceo, en la primaria, secundaria, pero después, cuando entré a la academia militar ya dejé de jugar como por tres años”, recuerda.
No fue sino en 2018 cuando retomó su pasión. Dice que no importa la edad del jugador, de dónde venga o la experiencia que pueda tener. Cree que desde que se le “echen ganas” la persona va a ir mejorando, y que la disciplina, como en todo, afianzará cada movimiento.
Dice que aún no cree que retorne a su país porque tiene el compromiso de cumplir una serie de torneos. Espera terminarlos entre mayo y junio del próximo año. Las Olimpiadas en Moscú fueron aplazadas por la FIDE y el Comité Olímpico Internacional (COI) por la pandemia, y se jugarán en agosto de 2021. El evento puede llegar a reunir unas 3.000 personas de 200 países.
Ronald cree que el ajedrez le ha servido en los estudios y en la vida para analizar y comprender la realidad más allá de todo. Suena paradójico, pero mientras mueve las fichas en el tablero, la estrategia que ha aprendido en su formación militar le sirve en las partidas.
Cuenta con un permiso del Ejército Bolivariano de Venezuela para competir en estos torneos en Colombia y ha sido apoyado por las federaciones locales en viáticos. Dice que el nivel en este país es mejor que el venezolano y que generalmente no llegan a ocupar las primeras posiciones.
Destaca que los competidores colombianos son amables y “buenas personas”. Sin duda, Ronald, a pesar de ser un maestro FIDE de talla mundial, es alguien que reconoce las capacidades de los demás y no sabe qué es el ego.
En estos momentos Ronald pasa los días en Medellín moviendo las fichas para poder decirle “jaque mate” a sus contrincantes y lograr escalar posiciones en medio de uno de los deportes más sanos y de mayor estrategia en la historia de la humanidad. Tal vez, cuando termine y gane un reconocimiento por representar a Venezuela en Rusia, tenga que volver a integrar las filas de las fuerzas militares de su país, como un peón más.
La Universidad Johns Hopkins y la Corporación Red Somos, con el apoyo del Ministerio de Salud de Colombia y Onusida, abordó la situación de salud de la población venezolana migrante en el país.