Ivor Heyer vive en Costa Rica y visita mensualmente Barranquilla, donde tiene sede su empresa de botes. | Por: ARCHIVO PERSONAL
Todos los meses, el empresario venezolano Ivor Heyer viaja desde San José, Costa Rica, hasta Barranquilla para supervisar el funcionamiento de su empresa AB Marine Group, que produce y exporta algunos de los modelos de botes más costosos del mundo.
En 2007, cuando decidió trasladar su empresa al país, creó 100 trabajos directos para colombianos, que hoy son más de 300.
Desde entonces, no solo ha sido testigo del crecimiento económico de esta ciudad sino también del aumento del flujo migratorio de venezolanos hacia Colombia.
Aunque sueña con envejecer en su país natal, destaca las ventajas de hacer empresa en un lugar como Colombia y de trabajar con mano de obra local.
¿Por qué decidió sacar a su empresa de Venezuela?
Nuestra empresa es exportadora y las cosas se hacían cada vez más difíciles. En algunos casos, por la situación de Venezuela (un paro de transportes, por ejemplo), los contenedores no podían salir y no llegaba la mercancía importada porque los puertos también estaban en huelga.
Eso era un fracaso para nosotros porque no podíamos cumplir con las entregas de los productos. Los distribuidores y clientes perdían la confianza y decidían no seguir comprando nuestros productos. Eso, mezclado con una cantidad enorme de problemas, me hizo tomar la decisión de aventurarme a mudar la fábrica, con un riesgo muy grande, a otro país.
¿Cómo eligió a Barranquilla?
Fue un proceso largo. Me tomé casi seis meses en evaluar qué era lo que quería hacer. Visité República Dominicana, Costa Rica y Panamá. Luego, un buen amigo me sugirió analizar Colombia como una opción. Me puse a averiguar sobre Colombia en Internet y vi las diferentes zonas francas; en aquel entonces solo había 12 zonas francas en Colombia, hoy hay más de 100.
Ahí vi que necesitaba estar en el Océano Atlántico para tener acceso a mis principales mercados que son Estados Unidos y Europa, y decidí visitar Santa Marta, Barranquilla y Cartagena. La primera zona que visité fue la zona franca industrial de Barranquilla, donde me atendieron súper bien y decidí que ese era el sitio que quería.
La decisión de traer mi empresa a Colombia fue totalmente acertada porque estoy en un país donde hay reglas claras que funcionan, hay una democracia estable, se respetan los derechos del empresario, y otra cantidad de cosas que lo hicieron y lo siguen haciendo atractivo.
IVOR HEYER
PRESIDENTE DE AB MARINE GROUP
¿Qué ha sido lo más difícil de trasladar su empresa a Colombia?
Cuando nos mudamos había una mentalidad muy proactiva hacia la inversión extranjera y las cosas salían bien. Obviamente, cuando llegué había dificultades, como que algunos trámites eran complejos, pero se resolvían. En Colombia, todo puede tener un problema, pero todo tiene solución. La verdad es que para mí no fue ni ha sido traumático establecerme en Barranquilla.
¿Cuál ha sido la experiencia de su empresa con la mano de obra local?
Somos una empresa única en Colombia así que tuvimos que capacitar a una gran cantidad de gente, pero el colombiano es una persona muy trabajadora, con ganas de avanzar, de aprender, de buscar un mejor nivel de vida. En ese sentido, hemos tenido una muy buena experiencia.
¿Considera que su experiencia sirve para visibilizar el lado positivo de la migración?
En Venezuela vivimos antes exactamente lo que está viviendo Colombia. Recordemos que Venezuela en los años 80 vivió una migración desde Colombia sumamente fuerte. Esos colombianos se integraron, les abrimos las puertas y han sido exitosos.
Lo mismo les digo a los colombianos: en toda migración viene gente muy buena y hay que darle la oportunidad de integrarse y aprovechar para aprender de quienes llegan.
¿Les interesa que los identifiquen como una empresa venezolana o colombiana?
Creo que uno no puede negar sus raíces y las empresas tampoco. Nosotros nacimos y crecimos en Venezuela y simplemente migramos a Colombia. Eso es una realidad que forma parte de nuestra historia y así la contamos.
Creo que esto, más que quitarle valor a la empresa, le suma. Para mí, cualquier empresario que tome la decisión de mudar su empresa de Venezuela y tenga éxito adquiere un valor agregado porque son decisiones difíciles. Lograr el éxito en medio del cambio dice mucho de la organización, de la gente y del empuje del grupo que trabaja en la empresa.
Creo que hay que buscar la parte positiva de la migración. Sé que puede ser difícil, pero es humano tratar de ayudar y abrirse para poder integrar a esta gente que viene con ganas de superarse y con ganas de trabajar. Eso no puede ser malo para nadie.
IVOR HEYER
PRESIDENTE DE AB MARINE GROUP
Como migrante, ¿qué es lo que más extraña de Venezuela?
Uno siempre extraña a la familia. Tengo a mis padres allá y una hermana, y ellos han tomado la decisión de no salir. Obviamente uno extraña su país, sus costumbres, sus amigos, los olores, los sabores, todo ese tipo de cosas. Pero yo he visto esto como una experiencia positiva para mí en el sentido de que he conocido otro país, otra gente, otra idiosincrasia.
Eso me ha dado la oportunidad de aprender nuevas cosas, no solamente de negocios y de formas de hacer las cosas, sino también que Dios aprieta pero no ahorca. Nosotros podremos volver a Venezuela y tener un país próspero si hacemos unos cambios que lo convirtieran en un país atractivo para atraer inversión de su gente y de los extranjeros.
¿Entre sus planes está regresar a Venezuela a vivir y a hacer negocios?
Me gustaría envejecer en mi país, pero no volvería a trabajar en Venezuela en este ramo de industrias, simplemente porque hemos tenido mucho éxito en Colombia y tengo una obligación con todo el personal que trabaja para mí, un personal extraordinario al cual le agradezco su dedicación, su lealtad, su servicio.
Espero estar en Colombia por los próximos 15 o 20 años haciendo lo que estoy haciendo ahora, hasta que el cuerpo aguante.
¿Qué recomendación le daría a un venezolano que considere la opción de crear empresa en Colombia?
Yo les diría a mis compatriotas que no le tengan miedo al cambio. Para la gente trabajadora, emprendedora, los cambios siempre son difíciles, pero si no se afrontan, no se llega a nada. Obviamente, todo hay que analizarlo para tomar decisiones conscientes, pero hay que quitarse el miedo y salir adelante.
La muestra cultural se realiza en una articulación de Acnur y la Alcaldía de Barranquilla y pretende reflejar cómo los migrantes y refugiados de Venezuela están integrándose desde el arte, la gastronomía, el periodismo y la promoción de los derechos humanos.